Donaciones y sucesiones. El republicano Rufián consigue su objetivo: fastidiar a los madrileños
El impuesto sobre sucesiones y donaciones constituye una forma de impuesto sobre el patrimonio, no sobre la renta. Por tanto, es un impuesto radicalmente injusto. Se grava a quien ya ha pagado al fisco en el pasado, cuando ganó -rentó- ese dinero.
Y resulta especialmente injusto que tengas que pagar por lo ahorrado y legado a tus hijos o donarlo en vida… a tus hijos o a quien te venga en gana: ¿es que no puedo hacer lo que quiera con mis bienes, ya tributados?
Es un impuesto, además, que tiene mucho de socialista, y ya se sabe que el socialismo no busca la distribución de la riqueza sino el robo al rico… y a cualquier tipo de propietario, también a la clase media. Eso sí, en nombre del interés general, que diría don Pablo Iglesias.
Se trata de un nuevo chantaje secesionista al PSOE… que Pedro Sánchez acepta gozoso, con tal de permanecer en Moncloa
Dicho esto, la noticia es que Gabriel Rufián -mal nombre y buen apellido para un indepe- se vanagloriaba el martes de haber conseguido acabar con el “paraíso fiscal” de Madrid, a costa de chantajear al PSOE al que, al parecer, le encanta ser chantajeado diariamente… con tal de permanecer en Moncloa un día más. Pero esto probablemente se trate de una “evidencia científica”. Ya saben: si es evidencia no es científica y si es ciencia es porque no es evidencia.
Aclaremos algo: el impuesto sobre herencias y donaciones lo fija el Gobierno central para toda España. Como a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, le parecía injusto, no cambió el impuesto -no podía- pero sí introdujo una exención máxima -sí podía- con la que, en la práctica, anulaba el abusivo gravamen estatal.
Conclusión: llevamos años en los que catalanes, andaluces, aragoneses, asturianos y otras autonomías de izquierdas, se empadronan en Madrid para testar o donar en la capital. Y miren por dónde, eso no le gusta al PSOE ni a Podemos… ni a Rufián (buen nombre para un político). ¿Qué apuestan a que se aceleran los empadronamientos y donaciones en Madrid antes del 31 de diciembre?
¿Es que no puedo hacer lo que quiera con mis bienes, ya tributados en el pasado?
La ministra de Hacienda, con esa su enorme capacidad retórica para convertir al sapo en príncipe y al príncipe en sapo, aseguraba hasta la cesión ante ERC que Madrid hacía ‘dumping’ fiscal pero que, como los socialistas aman el diálogo -y aún aman más los votos que proporciona en España una política presuntamente dialogante- la supresión de la exención madrileña debía tratarse en el Consejo de Política Fiscal y Financiera y tomarse una decisión de homologar el tipo y las exenciones por consenso con las autonomías, ¡oh sí!
Pero Rufián -buen nombre para un indepe- ha decidido que no, que debe hacerse por la fuerza y de inmediato. Podría cabrearse toda la clase media inteligente, pero muchos indepes calanes se alegrarán, no porque ellos mejoren sino porque fastidian a los madrileños.
Vayamos al fondo de la cuestión: ¿es justo el impuesto de sucesiones y donaciones? No, es radicalmente injusto… porque cobrar por testar o por donar, como todo impuesto sobre el patrimonio, que no sobre la renta, es un abuso: no pagas por lo que ganas, no pagas por lo que gastas: pagas por lo que tienes y ya pagaste en el pasado. Por tanto, lo que hay que hacer es suprimir todo impuestos sobre el patrimonio y cobrarle a la gene por lo que gana (renta) o por lo que gasta (IVA) pero no por la casa en la que vive, por ayudar a sus descendientes o por regalar el dinero justamente ganado a quien le venga en gana.
Y en cuanto a Rufián... parece seguir el viejo dicho de la mili: “Que se fastidie el sargento que no me como el rancho”. Vanagloriarse, no del bien propio, sino del mal ajeno, es propio… de Rufián.