Reynés, ante los analistas en Londres, ha explicado el dividendo de Naturgy y las pérdidas por la depreciación de activos
Naturgy prevé ganar 1.800 millones en 2022, un 32% más que en 2017 (1.360) y aumentar el dividendo un 59% en cinco años, desde 1 a 1,59 euros, la mitad de este porcentaje (30%) este mismo año, al subirlo a 1,30. Son dos de los ejes del nuevo plan estratégico de la hasta ayer Gas Natural.
A los accionistas, en concreto, destinará 6.900 millones y no les afectará la pérdida contable de 4.900 millones por la depreciación de los activos de generación convencional en España (ciclo combinado y centrales térmicas y nucleares), 2.000 de ellos por el fondo de comercio. Ha sido el segundo gran anuncio. Ojo, contentar a los accionistas es contentar sobre todo a los grandes fondos de inversión, dos de ellos, GIP y CVC, con un 20% del capital (40% en total). También tiene 100.000 pequeños accionistas.
Cambio de imagen al que sigue la letra pequeña del resto de cuestiones que definen el futuro de la empresa, supeditado siempre, como no se cansa de decir Francisco Reynés, a la creación de valor, no al tamaño. El presidente ha explicado los planes este jueves en Londres, manteniendo la mecha encendida durante la Junta de Accionistas para un nuevo ciclo. Para Reynés, “la transición energética es una gran oportunidad”.
Naturgy invertirá 8.400 millones, 5.300 de ellos para crecer en los negocios de gas y electricidad, triplicado peso en renovables
Las inversiones serán de 8.400 millones (1.700 por año), con un destino muy concreto para 5.300 de ellos para crecer, con la mirada puesta, en los negocios de gas y electricidad (36%) y las infraestructuras en Hispanoamérica (27%), entre otros. Para el primer aspecto, la apuesta por las energías renovables es clara, hasta el punto de triplicar su capacidad de generación por esa vía (a 9.000 TWh). En paralelo, también potenciará la actividad internacional, que supondrá una reducción del peso en el Ebitda del negocio en España (de casi el 60% al 40%). Del mismo modo, ojo, que las desinversiones por sólo 300 millones (pendientes de ejecución) suponen la salida de veinte países. La preferencia está en los países con masa crítica suficiente para generan proyectos con retorno.
Los proyectos para crecer orgánicamente ya están identificados y pretende con ellos equilibrar su actividad, con un perfil más eléctrico y el aumento de la actividad regulada. La aspiración es que entre los dos concentren al menos el 70% del negocio del grupo.
La actualización del valor de los activos es una exigencia del nuevo plan estratégico, que cambia el horizonte de la compañía
La retribución al accionista quiere ser uno de los grandes reclamos. El dividendo, en concreto, aumentará un mínimo del 5% anual hasta 2022, con pagos en tres momentos (el 35% en el primer trimestre, el 20% al cerrar el semestre y el resto, tras la Junta).
A esos pagos se añade otra fórmula, “atractiva y competitiva” según Reynés, que consiste en la disposición de 400 millones anuales (2.000 en el conjunto del periodo) para recomprar acciones propias si no se materializan las inversiones inorgánicas con los criterios establecidos.
Reynés ha dejado el dividendo al margen de cualquier efecto por el impacto contable por la depreciación de activos españoles de generación (de 7.900 a 4.200 millones), que se reflejará en las cuentas del primer semestre. “Se trata, ha dicho Reynés, de un simple ejercicio de contabilidad”, con ventajas como saber el valor real de los activos. Esa depreciación tampoco tendrá efecto en el beneficio individual de las empresas (sí en el consolidado) en el año. Se trata, en suma, de una actualización coherente del valor por exigencia del plan estratégico a cinco años, que no implica presión para otros propietarios, Endesa o Iberdrola, con los que comparte activos, por ejemplo nucleares.
El objetivo de Naturgy para cumplir todo lo anterior es un Ebitda de 5.000 millones en 2022, un 28% más que ahora, con un beneficio neto de 1.800 millones (+32%), mejorando los negocios que ya tiene con medidas de eficiencia y los procesos ya iniciados de digitalización, a lo que se une un recorte en gastos operativos de 500 millones por la reestructuración en marcha.
Respecto a la deuda, Nartugy prevé que seguirá estable en torno a los16.400 millones actuales, a pesar de los cambios previsibles en los tipos de interés.