La vicepresidenta cuarta y ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, debe estar alerta con el déficit eléctrico
A principios de mes, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) se había quedado sola en su propuesta de recortar retribuciones a la distribución y al transporte de electricidad y gas, porque no gustaba ni a eléctricas ni a gasistas... ni a la ministra de Transición Ecológica en funciones. Sin embargo, en el culebrón energético del verano, no todo es blanco o negro, también hay gris: es cierto que a Teresa Ribera no le gusta la propuesta del regulador, pero eso no significa que esté con las gaseras, porque sólo quiere renovables sí o sí. quiere, también, frente a la CNMC mantener su prerrogativa de veto en las propuestas.
En sus alegaciones, el Ministerio señalaba que la CNMC no había contemplado su plan de transición energética. Es más, añadía que no había tenido en cuenta la orientación de política energética relativa a la introducción de un principio de prudencia financiera para los titulares de activos de transporte y regasificación. Y como hay discrepancias e invasión de competencias, el Ministerio de Transición Ecológica ha pedido que se convoque la Comisión de Cooperación, que estará formada por: tres miembros de este Departamento (el secretario de Estado de Energía, José Domínguez Abascal; la directora general de Política Energética y Minas, Mª Jesús Martín; y un Abogado del Estado) y otros tres del regulador (su presidente, José María Marín Quemada; el secretario, Joaquim Hortalà; y el director de Energía, Fernando Hernández), según El Periódico de la Energía.
Iberdrola, Endesa y Naturgy son las que más puntos de suministro tienen en España: 11 millones, 10,7 y 10,6
Claro que en el culebrón energético del verano no hay que olvidar lo que sucede en la CNMC. Marín Quemada está ante sus últimas decisiones, pues su mandato de seis años acaba en septiembre, al igual que el de la vicepresidenta -y responsable de la Sala de Regulación-, María Fernández Pérez, y de otros cuatro de los diez consejeros. Además, deberán seguir en sus puestos hasta que se nombre a los nuevos y no podemos perder de vista que ahora hay un Gobierno en funciones… y aún no se sabe si habrá nuevas elecciones generales en noviembre (aunque parece muy posible).
Por tanto, un culebrón con ingrediente personal incluido y mientras, las energéticas están preocupadas y ya han amenazado con no invertir. Naturgy es la que más interés tiene en el ciclo combinado en España, donde su producción en esta tecnología fue de 7.000 megavatios (MW) en 2018; seguida de Endesa, con 5.293 MW, y de Iberdrola, con 4.092 MW; claro que si se atiende a los puntos de suministro la cosa varía (Iberdrola tiene 11 millones, Endesa, 10,7 millones; y Naturgy, 10,6 millones). Si nos centramos en el gas, y dentro de éste en la parte regulada, las gaseras insisten en que la propuesta de la CNMC es raquítica. Ejemplo, la retribución a la distribución por punto de suministro en 2018, en nuestro país, fue de 174 euros, un 20% inferior a la media europea (219 euros)… y por tanto, se quedó lejos de la de países como Francia (295 euros) y Alemania (330 euros), según un estudio de PwC (o bien, ver página 14 del documento adjunto) encargado por la Asociación Española del Gas (Sedigas). En definitiva, la propuesta de la CNMC echa sal en la herida. Pero, créanme: no es eso lo que preocupa a Teresa Ribera.