El ministro José Luis Escrivá y el hombre de los autónomos en España, Lorenzo Amor, llegan a un acuerdo
¿Por qué se mete un trabajador a autónomo?
- Porque no tiene otro remedio, al no encontrar un trabajo por cuenta ajena.
- Porque tiene una cuotas más pequeñas a cambio, claro, de tener menos prestaciones públicas. Por ejemplo, no cobrar el paro, no ponerse nunca enfermo y, a la postre, cobrar menos pensión cuando se jubilen.
- Porque no quiere tener jefe.
El Gobierno pretende que los autónomos coticen según sus ingresos: o sea, subir las cuotas a los autónomos. O sea, cargarse la gallina de los huevos de oro
Ahora, el ministro José Luis Escrivá, que aprendió oficio en el BBVA, pero que ahora es ministro incluso más podemita que socialista (si quieres conocer a fulanillo, dale un carguillo), pretende subir las cuotas para que paguen por lo facturado. Y hasta una locutora de RTVE le pide al representante de los autónomos, Lorenzo Amor, que apoyen la noma porque eso es “lo que ustedes quieren”. ¿Los autónomos quieren pagar más cuotas sociales? ¡Pero si es la única ventaja que tienen! Pagan menos impuestos laborales y se juegan su futuro a su trabajo y constituyen una carga ligera, frente a la carga pesada de los trabajadores por cuenta ajena.
El Gobierno cierra el único refugio para crear su propio empleo. Otro rasgo de ceguera socialista de Escrivá, el ministro salido del BBVA, hoy cuasi-podemita
Son, por tanto, los autónomos los trabajadores más capaces, más productivos… y menos costosos para el Estado. El ministro Escrivá pretende ahora quitarles la única ventaja que tienen. Es decir, pretende cargarse la gallina de los huevos de oro: los 3 millones de autónomos.
Una tendencia lógica y, ahora, urgente: sustituir las cuotas sociales por IVA
Y cuidado, no es que los autónomos paguen menos impuestos. En IRPF, pagan lo mismo. Lo que pagan son menos cuotas pero las cuotas, el infame impuesto que crea paro y economía sumergida, no debería pagarlo nadie. Deberían sustituirse por un aumento del IVA, porque a la gente no hay que juzgarla por lo que gana sino por lo que gasta.
¿Por qué no se hace si así, además, serían los de fuera quienes pagaran, al menos en parte, nuestras pensiones? Pues porque el fraude en el IVA resulta mucho más difícil de controlar que las cuotas o el IRPF. Ya lo sé pero es que la política fiscal no debe guiarse por la comodidad sino por la justicia. Bueno, creo que, al menos, antes era así.