La 'low cost' que dirige Michael O'Leary no ha perdido la ocasión de volver a criticar “el tsunami de ayudas estatales de los gobiernos de la UE” a sus aerolíneas de bandera, lo que cree que “distorsionará la competencia”
Las aerolíneas se han colocado al borde de la quiebra por culpa de la pandemia del coronavirus, y aunque hay menos restricciones, la recuperación va a tardar años. Una prueba de ello se ve en Ryanair, que no remonta el vuelo, porque ha tenido unas pérdidas de 273 millones de euros en su primer trimestre fiscal (abril a junio), las cuales son un 47% superiores a las de hace un año por las restricciones de Semana Santa, pese a casi haber triplicado ingresos, situándolos en 371 millones. Y todo esto después de haber perdido 815 millones en su último ejercicio fiscal.
La low cost irlandesa que tiene como CEO a Michael O'Leary ha duplicado sus costes operativos, hasta 675 millones. Asimismo, ha multiplicado por 16 sus pasajeros, pasando de 500.000 a 8,1 millones, y ha elevado su factor de ocupación 12 puntos, hasta el 73%.
Ryanair ha asegurado que la pandemia de Covid-19 “sigue causando estragos”, pero si no hay nuevas restricciones, espera llegar a 10 millones de pasajeros en agosto y una fuerte recuperación del transporte aéreo para la segunda mitad del año si avanza la vacunación. La low cost no ha perdido la ocasión de volver a criticar “el tsunami de ayudas estatales de los gobiernos de la UE” a sus aerolíneas de bandera, lo que cree que “distorsionará la competencia”.