Los 23.500 millones de dólares que perdió Facebook en Bolsa pueden ser pocos comparados con lo que puede perder tras las declaraciones de Frances Haugen
Lo primero que convendría resaltar tras la caída mundial durante más de seis horas de Facebook, Instagram y Whatsapp es la vulnerabilidad de la red, que contrasta con la robustez que ofrece lo analógico, por ejemplo, el papel. No son lo mismo, evidentemente: unos se caen y dejan sin servicio a miles de millones de usuarios en todo el planeta y los otros no dejan a nadie atrás, citando el eslogan preferido de Pedro Sánchez.
Sea como fuere, el fallo le costó a Facebook, matriz del grupo, unos 23.500 millones de dólares en Bolsa -vale más de 900.000 millones- y algo menos de 6.000 millones a su fundador, Mark Zuckerberg, que este martes ha pedido perdón. Y entre los usuarios, disparidad de opiniones: los más jóvenes sufrieron de lo lindo mientras los mayores suspiraban porque la caída se convirtiera en permanente. No pudo ser.
Al parecer, según los expertos, la caída se produjo porque alguien eliminó -se supone que por error- grandes rutas de conexión entre máquinas. En otras palabras, Facebook no se cayó, sino que durante esas horas no se encontró a sí mismo.
Todo esto sucedió, y aquí viene lo mejor, un día después de la entrevista de Frances Haugen en la CBS y el día anterior -este martes- de su declaración en el Senado de EEUU. Es la mayor amenaza a la que se ha enfrentado Zuckerberg. “Lo que quiero que la gente sepa es que Facebook es mucho más peligrosa de lo que se cree y cada vez es peor”, denunció la ex directora de Producto de Facebook. “Había un conflicto entre lo que era bueno para el público y lo que era bueno para Facebook, y Facebook eligió una y otra vez optimizar para sus propios intereses, como hacer más dinero”, afirmó.
Según Haugen, que salió de la compañía a principios de año y filtró documentos internos al Wall Street Journal denunciando la situación, el punto de inflexión se produjo en 2018 con el cambio de algoritmos destinados a enganchar aún más a los usuarios. La red social había descubierto la eficacia del odio y el miedo y no dudó en cambiar los famosos algoritmos para fomentar estos sentimientos en los usuarios.
Haugen se ha convertido en la mayor amenaza para los intereses de Zuckerberg y la caída mundial de Facebook, que ha copado los titulares de todo el planeta, ha coincidido con sus declaraciones. ¿Casualidad?