Tras los dos accidentes del 737 MAX en poco más de cuatro meses, se buscan responsabilidades penales
Ayer decíamos que Boeing estaba logrando sortear en bolsa la crisis del avión 737 MAX, pero fuera de Wall Street la cosa se está poniendo fea y ojo, porque el fabricante aeronáutico estadounidense podría sufrir graves turbulencias. Ahora el FBI se ha unido a la investigación criminal abierta, estigmatizando a Boeing, porque una investigación de esta clase no suele ser lo habitual tras un accidente aéreo: aquí se buscan responsabilidades penales.
El objetivo es comprobar si Boeing falseó u omitió material a los reguladores sobre la seguridad del 737 MAX, concretamente el foco se ha puesto en el proceso de certificación, que fue otorgado por la Administración Federal de Aviación (FAA). Y en especial, en el software MCAS, así como en la menor formación de los pilotos.
Una investigación criminal no suele ser lo habitual tras un accidente aéreo: normalmente se limitan a averiguar la causa
Paralelamente, el inspector general del Pentágono ha empezado a investigar a su jefe interino, el secretario de Defensa interino (hasta que Donald Trump nombre al sustituto de James Mattis), Patrick Shanahan, por un presunto sesgo a favor de Boeing, donde trabajó durante 30 años. En concreto, se estudia si Shanahan, siendo subsecretario de Defensa, violó las normas éticas al menospreciar a Lockheed Martin, rival de Boeing, en reuniones, tras la queja de la organización gubernamental Citizens for Responsibility and Ethics in Washington (CREW) donde citaba informes periodísticos que indicaban que Shanahan cuestionó el F-35 de Lockheed Martin y habló bien del F-15X de Boeing.
Estas investigaciones se unen a la que está haciendo el Departamento de Transporte tanto a Boeing como a la FAA. Asimismo, el próximo 27 de marzo será la audiencia del subcomité de Aviación y Espacio en el Congreso de EEUU, convocada por el senador republicano Ted Cruz y a la que asistirán tres funcionarios de transporte. Cruz también quiere celebrar una segunda audiencia para interrogar a responsables de Boeing, pilotos y otros miembros del sector.
Tras el segundo accidente en poco más de cuatro meses, se descubre la preocupación de pilotos por la inclinación aguda del morro del avión cuando se conectaba el piloto automático
La crisis del 737 MAX no es baladí porque detrás están dos accidentes en poco más de cuatro meses, que han dejado 346 muertos. Precisamente, El Nuevo Día informa que se ha revelado que el piloto del avión de Lion Air (siniestrado en Indonesia el pasado octubre) cedió los mandos al copiloto para mirar el manual técnico en busca de una solución al problema surgido antes de estrellarse. Además, este diario puertorriqueño recoge que tras el accidente de Ethiopian Airles, se ha descubierto que el año pasado, al menos dos pilotos habrían mostrado preocupación por la inclinación aguda del morro del avión cuando se conectaba el piloto automático, que se solucionó desconectando este último.
Como saben, está inclinación aguda se debe al famoso software MCAS, que baja de forma automática el morro del avión en caso de sentir que el ángulo de ataque es muy elevado. Tras el accidente de Indonesia, FAA y EEUU lanzaron directiva informando de la existencia del MCAS y la necesidad de formar a los pilotos, pero la tragedia de Etiopía ha despertado dudas sobre si esto último se cumplió. Hace unos días, el CEO de Boeing, Dennis Muilenburg, señaló que actualizarán dicho software y la formación para pilotos, por lo que parece que no descarta que el 737 MAX vuelva a los cielos, por ahora, todo depende de si la investigación criminal no lastra sus planes.