Este santo polaco nació en 1591 e ingresó en la Compañía de Jesús, destacando por su devoción a la Eucaristía, su comportamiento ejemplar en las pestes que asolaron Vilna y Bobruisk, su predicación incansable y sobre todo por las incontables horas que pasaba en el confesionario. Con motivo de la invasión de Polonia por los rusos, debido a la unión de los obispos cismáticos con la Iglesia católica, Andrés se quedó en Pinsk para confortar a los católicos. Detenido, los rusos le prometieron una serie de ventajas si se hacía cismático. Al negarse, le azotaron y luego a imitación de Jesús le coronaron clavándole en la cabeza unas ramas con espinos. Andrés seguía siendo fiel, por lo que atándole a un caballo lo arrastraron por las calles. Ya moribundo le sacaron un ojo, diciéndole que si se hacía cismático le curarían y en caso contrario lo dejarían ciego. Al no ceder Andrés, continuaron las torturas y como el futuro santo pedía continuamente perdón a Dios por sus torturadores, le cortaron la lengua y a continuación le mataron. Corría el año 1657.

 

La enseñanza que para Pérez González nos ha dejado de Andrés Bobola es la siguiente: "Es óptimo –a mí me lo parece así- que las voces se alcen a favor de los derechos humanos, de la libertad de las conciencias, de los derechos de la verdad, de la igualdad de oportunidades, de la defensa del débil, de la protección de las minorías étnicas, etc., etc. Quizá al leer las atrocidades sufridas por Andrés Bobola le venga a uno el pensamiento de que los atroces hechos pasaron en "aquellos tiempos". Pero me permito sugerir una reflexión a quien me lea con la intención de evitarle caer en la frivolidad. Casualmente fue canonizado Andrés durante la guerra civil española con la terrible persecución religiosa y pocos años antes de la devastadora II Guerra Mundial, en la que fueron aniquilados millones de seres humanos por el hecho de tener otra religión o pertenecer a otra etnia…". En efecto, si el siglo XX ha sido el siglo de los mártires, hoy por hoy, no parece que vaya a ser diferente el siglo XXI. Así en el 2002 fueron 938 los cristianos martirizados; 629 los heridos gravemente; y más de cien mil, los detenidos por regímenes que no respetan la libertad de conciencia.

 

 

 

 

(Las fuentes principales, que no las únicas, de las que se han tomado los datos para redactar la Sección "Hoy no se olvide de felicitar a…", y a cuyos autores se muestra el agradecimiento y reconocimiento debidos, son las siguientes:

Direcciones de Internet: archimadrid. es; churchforum.org; aciprensa.com; encuentra.com; planalfa.es; ewtn.com; serviciocatolico.com; buscabiografias.com; y es. catholic.net.

Libros: Los clásicos de siglos pasados de Santiago de la Vorágine, Ribadeneira y Croisset; "Nuevo Misal Popular Iberoamericano"; Dos mil Años de Santos", Ed. Palabra; "El libro de los santos", Ediciones Internacionales Universitarias; "La casa de los santos", Ed. Rialp; "Los santos del calendario cristiano", Ed. San Pablo; "Il grande libro dei Santi", Edizioni San Paolo; "Gran Enciclopedia Rialp"; "Año Cristiano" Ed. B.A.C; y "Nuevo Año Cristiano", EDIBESA; estas cuatro últimas publicaciones facilitan las mejores referencias bibliográficas sobre San Andrés de Bobola).

 

 

 

                                                                                                          Pilar Riestra