Todavía resuenan los ecos del histórico discurso del presidente argentino, Javier Milei, en el Foro de Davos, alertando de los peligros y del desastre que ha supuesto (en la historia) y supone (ahora mismo) el socialismo (entendido por Milei en sentido amplio como comunismo). 

Un socialismo que, en palabras del presidente argentino, aboga "por la agenda sangrienta del aborto”. “Los socialistas dejaron atrás la lucha de clases" para "reemplazarla por otros supuestos conflictos sociales igual de nocivos para la vida en comunidad”, como el “feminismo radical” o el “del hombre contra la naturaleza”.

Milei añadía: “Estoy acá para decirles que Occidente está en peligro, los líderes occidentales abandonaron la libertad y decidieron optar por el socialismo, que solo conduce a la pobreza”.

Pero Javier Milei predica con el ejemplo, porque ha emprendido en su país, Argentina, una serie de reformas de corte liberal para tratar de recortar el elefantiásico gasto público. De hecho, según la consultora Analytica en su Monitor Fiscal mensual, ya ha reducido en un 30% el gasto público: "Entre las partidas con mayores ajustes respecto a diciembre de 2022 figuran la obra pública (-69,4%), el gasto en bienes y servicios (-56,6%), las jubilaciones y pensiones (-38,3%) y los programas sociales (-31,5%). La única partida que presentó aumento en términos interanuales fueron transferencias a provincias (+6,9%)".