El cardenal secretario de Estado de la Santa Sede, Pietro Parolin, pronunció ayer un discurso en la 79ª Asamblea General de la ONU en el que señaló que el Vaticano muestra sus "reservas" sobre los conceptos «salud sexual y reproductiva» y «derechos reproductivos» utilizados en el 'Pacto de la ONU para el Futuro', conceptos que a menudo se utilizan como eufemismos para no mencionar el aborto o la ideología de género. 

Parolin explicó: «La Santa Sede cree que estos términos se aplican a un concepto holístico de salud, que abarcan, cada uno a su manera, a la persona en la totalidad de su personalidad, mente y cuerpo, y que favorecen el logro de la madurez personal en la sexualidad y el amor mutuo y la toma de decisiones que caracterizan la relación conyugal entre un hombre y una mujer en conformidad con las normas morales». «La Santa Sede no considera el aborto o el acceso al aborto o a los abortivos como una dimensión de estos términos». 

En cuanto al uso del término "género", el cardenal explicó que la iglesia lo entiende «como basado en la identidad sexual biológica masculina o femenina». 

El secretario de Estado de la Santa Sede destacó que el futuro debe construirse sobre principios como «la intrínseca dignidad divina de toda persona», «la promoción del desarrollo humano integral», «la igualdad y la dignidad soberana de todas las naciones y el establecimiento de la confianza entre ellas». 

En otro orden de cosas, Mons. Parolin abogó por «la eliminación de la pobreza», un objetivo que debe ser prioritario porque «el desarrollo es el nombre de la paz». «Un futuro pacífico y próspero requiere la voluntad política de utilizar todos los medios posibles para lograr un desarrollo sostenible». Esto incluye «la reforma de las instituciones financieras internacionales, la reestructuración de la deuda y la aplicación de estrategias de cancelación de la deuda».

También apostó por la la búsqueda de la paz: un objetivo que según el Secretario de Estado vaticano «requiere la realización del desarme general y, en particular, la eliminación total de las armas nucleares». En otras palabras, es necesario «dejar de lado las estrechas consideraciones geopolíticas y resistir a los fuertes lobbies económicos para defender la dignidad humana y garantizar un futuro en el que todos los seres humanos puedan gozar de un desarrollo integral, como individuos y como comunidades».