Pedro Sánchez o que viva el eufemismo
Acuerdo de madrugada en el Consejo Europeo de Bruselas. Hemos pasado de un fin de semana en el que en las redes primaba la meme del premier holandés Mark Rutte espetándole a Pedro Sánchez aquello de “si quieres comunismo te lo pagas tú”, a un acuerdo que conlleva un hecho de fondo que resulta fundamental: por primera vez, Europa mutualiza su deuda. No vamos a darle oportunidad a don Pedro Sánchez de utilizar el adjetivo que más le gusta para definir su política -histórico, todo es histórico, hasta lo histérico- pero este si lo es: la mutualización de la deuda, que todos los países miembros de la UE se endeuden conjuntamente y no cada uno por su cuenta supone, en verdad, un acuerdo histórico.
El pacto logrado consiste en esto: la UE aportará para la recuperación post-coronavirus 750.000 millones de euros. De ellos, (partían de 500.000 millones según el plan de la Comisión) 390.000 millones serán subvenciones -donaciones- y los 360.000 millones restantes, créditos.
Lo peor del acuerdo por la recuperación en Europa: la persecución de Bruselas a Polonia y Hungría por ser países cristianos. España no tendrá ese problema
Y eso sí, nos colonizan, o monitorizan, o tutelan: habrá condicionalidad. Si no se abordan reformas no habrá veto, pero casi. Es decir, si no se abordan las reformas que quiere la Unión Europea, concretadas en reducir el gasto en pensiones y el despido libre o similar, no habrá subvenciones.
Ojo a esto: España e Italia serán fiscalizadas, no por un sólo país, sino por el propio Consejo Europeo. Más bonancible, de acuerdo, pero ahí sigue rigiendo la unanimidad y un país como Holanda o los escandinavos, que tanto nos aprecian, podría congelar los fondos de todos en dirección a España, Italia o Portugal.
En resumen, más le vale a Sánchez olvidarse de las soflamas de Pablo Iglesias o Yolanda Díaz sobre la derogación integral de la Reforma laboral de Fátima Báñez y tendrá que afrontar , sí o sí, el problema de las pensiones y dejar de hacer demagogia con los ancianos y con lo progresista que es no tener hijos o lo modernísimo que resulta que el Estado apoye a las feministas pero no a las madres.
El acuerdo europeo de la pasada madrugada resulta incompatible con un Gobierno socio-comunista, con la presencia de Podemos en el Gobierno. Pero tranquilos, lo haremos compatible
Estas chorraditas podemitas se terminaron. No por lo que deberían terminarse, por convicción y por justicia, sino por el prosaico pero aplastante argumento de que no hay dinero para pagar las pensiones y de que, o tenemos hijos o nos encaminamos hacia la ruina.
Lo peor del acuerdo de la pasada madrugada (lunes 20 a martes 21) en Bruselas: la persecución europea a Polonia y Hungría por ser países cristianos. La España de Sánchez no tendrá ese problema, no se apuren. Tampoco Italia.
Holanda y España no están enfrentadas: por ejemplo, tanto Rutte como Sánchez son critófobos. Ambos están deseando masacrar a los dos únicos países, de los 27, con gobiernos de cosmovisión cristiana: el de Busdapest y el de Varsovia. Y Países Bajos y la antes católica España, están dispuestos a destruir Polonia y Hungría si no aceptan los dictados del Nuevo Orden Mundial (NOM), cuyo primer y último mandamiento es destruir a la Iglesia y, con ella, a la civilización occidental, hija del cristianismo.
Ahora Sánchez puede utilizar el dinero europeo para crear voto cautivo o para proporcionar trabajo a los españoles
Volvamos al dinero: España recibirá algo menos, pero no mucho menos, de los 140.000 millones previstos así que los mercados reaccionarán al alza y Pedro Sánchez venderá el acuerdo, no como un pato histórico -que en parte lo es- sino como un logro histórico. Mismamente, un logro personal suyo.
Pero conste que vamos a ser colonizados, por el pirata holandés Rutte y sus acólitos.
Y por cierto, esta colonización supone algo más: que el bolivariano Pablo Iglesias sobra en el Gobierno. O eso, o pasar de comunista a simple progresista. Eso sí, progre radical, para que no se diga.
Lo que está claro es que el acuerdo europeo resulta difícilmente compatible con un Gobierno socio-comunista. Ojo, y de nada sirve que toda Europa se endeude -nosotros también- si Pedro Sánchez utiliza el dinero europeo para subvenciones y no para industrializar el país. Es decir, si lo utiliza para crear voto cautivo o, por el contrario, para proporcionar trabajo a los españoles.