A Adolfo Domínguez le está afectando bastante el coronavirus, pero su crisis se remonta a 2009
Adolfo Domínguez ha anunciado que recortará su plantilla un 30% en España al lanzar un ERE que afectará a 300 personas. Una medida que no es fácil y que toma con la esperanza de volver a la rentabilidad. Una triste noticia para un país que en lo laboral no anda nada bien, sobre todo, por la crisis sanitaria y económica que ha provocado la pandemia del coronavirus, como se ha reflejado en los datos de paro y de la Encuesta de Población Activa (EPA) relativos a 2020.
Un plan de transformación y ajuste que se activa después de cuatro años optimizando procesos y realizando mejoras de rentabilidad operativas paulatinas, que no han sido suficientes para volver a beneficios. De hecho, desde el ejercicio 2009/2010 (1 de marzo de 2009 al 28 de febrero de 2010) Adolfo Domínguez ha venido presentando pérdidas, a excepción del ejercicio 2015/2016 (1 de marzo de 2015 a 29 de febrero de 2016), cuando tuvo ganancias por la venta de activos, en concreto la de dos de sus principales propiedades en Madrid y Barcelona por 42,3 millones de euros.
En el ejercicio 2019/2020 (1 de marzo de 2019 a 29 de febrero de 2020), perdió 8,3 millones y tuvo unas ventas de 114,9 millones. Aún no ha dado a conocer las cifras del último ejercicio (1 de marzo de 2020 a 28 de febrero de 2021), pero la cosa no pinta nada bien, porque en sus nueve primeros meses -marzo a noviembre- ha tenido unas pérdidas de 14,96 millones y las ventas se desplomaron un 47,1%, a 40,5 millones, a pesar del crecimiento de las ventas online (+28,2%), que ya suponen el 19,3% del total. De hecho, el comercio electrónico se ha convertido en la principal palanca de crecimiento de la cadena textil gallega, que se ha disparado un 158% entre 2016 y 2019, y la necesidad de adaptarse a la nueva realidad digital del retail también ha llevado al ajuste laboral, en el que tendrá el asesoramiento del despacho de abogados Sagardoy y la consultora Deloitte.
Recuerden que hace casi diez meses, el empresario gallego Adolfo Domínguez, que acababa de cumplir 70 años, oficializó la sucesión total en una de sus hijas, Adriana Domínguez, que ya tenía funciones ejecutivas desde 2007. Ella y una de sus hermanas (Valeria), que también se sienta en el Consejo de Administración, son las representantes de la tercera generación familiar en una cadena textil que tiene 378 tiendas en 18 países.