Al gigante aeronáutico europeo le va mejor que a su rival, el estadounidense Boeing, pero también sufre las consecuencias del coronavirus sobre el sector aéreo
Airbus cae más de un 3% en bolsa al decidir no repartir dividendo y rebajar sus previsiones de Ebit a 2.000 millones de euros para este año, pues contempla el mismo nivel de entregas de 2020 (566). Mientras, en España, donde hace dos semanas, el CEO, Guillaume Faury, visitó al Gobierno Sánchez, preocupa el futuro de la planta de Puerto Real (Cádiz).
El gigante aeronáutico ha tenido unas pérdidas de 1.133 millones en 2020, un 16,8% inferiores a las del año anterior (-1.362 millones) y muy por debajo de las de su rival, Boeing, y un Ebit negativo de 510 millones, frente al positivo de 1.339 millones de 2019. Por su parte, los ingresos han bajado un 29%, hasta 49.912 millones: la división de aviones comerciales aportó 34.250 millones (-37%); la de Defensa y Espacio, 10.446 millones (-4%); y la de helicópteros, 6.251 millones (+4%). Y la cartera de pedidos ha descendido un 21%, a 373.127 millones, de los que 33.290 correspondieron al año 2020.
Eso sí, Airbus ha recuperado algo del flujo de caja libre, pero sigue siendo negativo: fue de -7.362 millones, frente a los -11.798 registrados en los nueve primeros meses del año y el positivo de 3.475 millones del año anterior. La posición de tesorería neta consolidada a fecha del pasado 31 de diciembre se ha situado en 4.300 millones, en comparación a los 12.500 millones de 2019.
El comité interempresas de Airbus ha insistido en que no aceptará cierres de plantas ni desmantelamientos del tejido producto en España y también en su desacuerdo con el análisis que el gigante aeronáutico hace de la planta de Puerto Real (Cádiz): en la visita del CEO de Airbus Operaciones, Michael Shöllhorn, se señaló que no era competitiva. “No es justo que los trabajadores paguemos el peaje de la cancelación del A380 y la excesiva dependencia de las plantas españolas de este programa”, ha señalado dicho comité, reclamando la redistribución de las cargas de trabajo y de los paquetes que doten de viabilidad industrial a las plantas españolas, igual que ha ocurrido en los otros tres países del grupo. Una mala noticia que llega mes y medio de recibir una buena: la construcción del fuselaje del ‘súperdron’ europeo.