Ana Botín y Pedro Sánchez se distancian
Ha sido demasiado hasta para todos. La cursilería exhibida por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras haber forzado la presencia en su “España puede”, su exhibición de la mañana del lunes en la Casa de América, convirtió una conferencia sobre la recuperación de España tras la pandemia en un mitin... encima cursi: hablando de una única humanidad (ahí tiene toda la razón) y de “unidad, unidad, unidad”… alrededor de su política y de él mismo, naturalmente.
Y así va a seguir porque el asunto, según las encuestas, funciona. La comparación de Sánchez es ahora con Iglesias, y ahí… hasta Sánchez sale ganando. Sí, Sánchez quiere mantener a Podemos en el Ejecutivo, los empresarios no.
La presidenta del Santander no renuncia a dirigir a los empresarios españoles pero el consenso empresarial ha dejado de existir en España
En el magno acto de la mañana del lunes, con una sola estrella en el firmamento, sí estaba Ana Botín, presidenta del Santander. Entendámonos: la presidenta del Santander no renuncia a dirigir a los empresarios españoles pero no consigue consenso sobre su liderazgo.
Pero, sobre todo, Ana Botín y Pedro Sánchez se distancian. La luna de miel del pasado reciente se disipa por momentos. Por El País y la SER, entre otras cosas, pero el caso es que en el Santander han pasado de defender al Gobierno socio-podemita a lanzar una campaña para echar a Podemos del Ejecutivo.
Eso sí, la sustitución de Soledad Gallego-Díaz por Javier Moreno ha frenado el seguidismo del diario, que parecía el portavoz de La Moncloa. La SER sigue en su línea pero la sospecha de Iván Redondo es que El País ha dejado de tener la influencia que tuvo en la Transición democrática, que el papel ha muerto y que, a día de hoy, las elecciones se ganan en TV.
Javier Monzón no está dispuesto a utilizar Prisa a favor de La Moncloa y Javier Moreno no es Soledad Gallego-Díaz. Además, las elecciones se juegan en TV
Pero volvemos al resto del Ibex, o al menos de los grandes empresarios no cotizados, por ejemplo, Carlos Torres, Pablo Isla, Juan Roig o José María Álvarez-Pallete mantienen la distancia con Moncloa, distancia que se ensancha día a día.
En conclusión, lo del Ibex-35 no deja de ser un mito y lo ha sido desde la desaparición del CEC. El CEC presionaba con la prensa que controlaba pero ahora de poco sirve controlar la prensa. Las redes sociales mandan más e, institucionalmente, manda, todavía, la TV generalista. Es su canto del cisne antes de morir a manos de las plataformas.
Pero el caso es que Ana Botín y Pedro Sánchez ya son menos amigos y que el presidente del Gobierno no tiene interlocutor empresarial válido: porque es difícil encontrar un líder y porque los posibles líderes no creen en Sánchez.