La planta de ArcelorMittal en Gijón
ArcelorMittal ha endurecido su castigo a Asturias con dos acciones. En concreto, ha decidido alargar la parada de la planta de Gijón (planeada para el cuarto trimestre) y reactivar el Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) para casi un 10% de la plantilla astur.
La parada de la planta gijonesa se debe a la reparación de un alto horno y se puede ver cómo algo más rutinario. Sin embargo, preocupa más la reactivación del ERTE, que afectará a más de 500 empleados de los 5.400 que trabajan en las plantas asturianas, según La Nueva España. En concreto, a 420 empleados de Avilés y de instalaciones auxiliares como el taller de cilindros, a los que se sumarán otros 144 nacidos en 1958 y que este año alcanzarían la edad para prejubilarse. Recuerden que ArcelorMittal exigió ayuda a Bruselas para mantener las plantas asturianas.
Gert van Poelvoorde, CEO de ArcelorMittal Europe, subraya que los ajustes son decisiones difíciles, pero prudentes y temporales
Todo esto son ajustes adicionales a los ya anunciados el pasado 6 de mayo (recortes de producción en Europa), con los que la mayor siderúrgica del mundo responde a la débil demanda y a las elevadas importaciones de acero, además de criticar los altos costes de la energía. “De nuevo, esta es una decisión difícil para nosotros, pero dado el nivel de debilidad en el mercado, sentimos que es el curso de actuación más prudente”, ha afirmado Geert van Poelvoorde, CEO de ArcelorMittal Europe, subrayando que es “una medida temporal” que será revertida cuando mejoren las condiciones del mercado.
Los ajustes adicionales han provocado una caída de la acción superior al 5% al inicio de la sesión, aunque ha cerrado con una del 3,8%, y a la que se suma el hecho de que ha perdido un 23% de su valor desde el 6 de mayo. Recuerden que los ajustes anunciados en esa fecha no sólo afectaron a Asturias (España), también a Polonia e Italia. Ahora, las medidas adicionales endurecen su castigo a Asturias, pero también afectarán a Francia, concretamente a la planta de Dunquerque, y a Alemania, donde se harán ajustes en las fábricas de Eisenhüttenstadt y Bremen (esta última alarga su parada, como la de Gijón).