Barcelona. Inmaculada investigada por la Fiscalía por presuntas irregularidades en la concesión de subvenciones en el Ayuntamiento
Las cosas no pasan porque sí Ada Colau. Llegaste la alcaldía de Barcelona por la puerta grande, -aquella que no dudan en derribar tus colegas okupas cuando les viene en gana-, tras las elecciones de 2015, te instalaste en el consistorio y una de tus primeras decisiones fue la de suprimir la concejalía de Seguridad porque ibas a ser tú la máxima autoridad de la Guardia Urbana.
De esto han pasado cuatro años largos, tiempo en el que la delincuencia en todas sus formas, colores y especialidades se ha hecho dueña de las calles de Barcelona. Y no lo digo yo, lo dicen sus ciudadanos, los Mosso d`Escuadra y las estadísticas.
Barcelona es la ciudad más insegura de España. La capital catalana registró 1942 delitos a lo largo de 2018, un aumento del 17,2% respecto al año anterior, y su tasa de criminalidad está muy por encima del resto de ciudades españolas: 119 delitos por cada mil habitantes; la media nacional no supera los 43, según el Balance de Criminalidad del Ministerio del Interior. Una situación que se ha hecho insostenible. Robos con violencia, asesinatos y violaciones con la capital catalana como escenario están llenando páginas y páginas de periódicos y también los informativos de radio y televisión.
La reciente agresión múltiple a una menor en Manresa se produjo en un piso okupado por adolescentes que se encuentra en el centro histórico de la ciudad
Lo último que acabamos de conocer es que los Mossos d`Escuadra han detenido a tres personas, dos hombres y una mujer, presuntamente implicadas en la agresión sexual de una joven de 25 años en Barcelona. Los policías tuvieron conocimiento de lo sucedido el martes 16 de julio, cuando una pareja encontró de madrugada a esta joven muy desorientada, en un banco de la calle Aragó, en el barrio del Eixample. Ella relató que había sido violada por un grupo de hombres, después de que se la llevasen por la fuerza de la estación de autobuses del Nord de Barcelona hasta una nave industrial abandonada donde vivían varias personas. La joven, de origen ruso, y con diversos moratones y magulladuras por el cuerpo, describió el lugar en el que estuvo como un lugar amplio y cerrado con puertas metálicas, donde permaneció dos días retenida, hasta que logró salir. Es decir, que no solo hablamos de violación, que no es poco, sino de secuestro, y dadas las circunstancias, también de ensañamiento.
Barcelona registró 1942 delitos a lo largo de 2018, un 17,2% más que el año anterior, y su tasa de criminalidad está muy por encima de la del resto de ciudades españolas
Pero lo más preocupante es que la explosión okupa que se ha instalado no solo en Barcelona sino en ciudades cercanas a la capital, sirve de cobijo, en algunos casos, para cometer violaciones en grupo, modalidad en auge. La reciente agresión múltiple a una menor en Manresa se produjo en un piso okupado por adolescentes El domicilio se encuentra en el centro histórico de la ciudad y según publica La Vanguardia estaba okupado ilegalmente por un grupo numeroso de adolescentes que solía entrar y salir. Además, el grupo provocaba problemas con vecinos del barrio de Escodines, donde se sitúa el inmueble, según el periódico catalán.
La cosa no queda ahí porque, en declaraciones a Crónica Global, el propietario de una inmobiliaria de la zona aseguraba que él había pagado a la mafia de la manada de Manresa para que desocuparan uno de los pisos que tenía para alquilar. "Es un negocio que mueve miles de euros", asegura este empresario que explica cómo es la operativa criminal de la organización. "El problema no es que te ocupen el piso, es que no hay manera de sacarlos", se queja y señala que se ha topado con el problema "como profesional", ya que el clan irrumpió en dos pisos --el entresuelo y el primero-- de un bloque del centro de Manresa, no lejos de la calle Aiguader, donde cuatro jóvenes supuestamente agredieron sexualmente a la menor de edad. "Acabé teniendo que pagar 1.000 euros para echarlos”, confirma a Crónica Global.
Albert Batlle, ex director de los Mossos, es el nuevo teniente alcalde de Prevención y Seguridad. Lo que hasta ahora era un comisionado, se ha elevado a concejalía
Todo un entramado de delincuencia que crece y que ha provocado que, según el último barómetro semestral que el elabora el Ayuntamiento de Barcelona, la seguridad se haya disparado como principal problema. Realizado justo después de las elecciones municipales del 26 de mayo y antes de que se celebrara el pleno de investidura, según esta encuesta, los barceloneses siguen opinando que la inseguridad es el principal problema de la ciudad, como lo hicieron –por primera vez durante la alcaldía de Colau– en el sondeo de diciembre. El Barómetro muestra, asimismo, que el conflicto empeora, pues el último mes del año pasado lo señalaron como el más grave de la capital catalana un 21% de los encuestados, porcentaje que subió en 6,4 puntos después de los comicios municipales, hasta el 27,4%.
Así que, a Colau no le ha quedado más remedio que plegarse a las exigencias de Jaume Collboni del PSC y su socio de Gobierno que ya le pedía, cuando era oposición, “que actuara con firmeza y sin complejos en materia de seguridad”. Albert Batlle, ex director de los Mossos, será por tanto el nuevo teniente alcalde de Prevención y Seguridad. Lo que hasta ahora era un comisionado, se ha elevado a concejalía, tal y como prometió Collboni durante la campaña en la que ya presentó a Batlle como el candidato a ocupar el cargo.