Como en 2004: "Vox es una amenaza para la democracia", dijo Sánchez-Rubalcaba
Una meme recuerda que el señor Iglesias se escandaliza porque le envíen unas balas en un sobre mientras sigue felicitando, colaborando y apoyando a los que metieron un bala en la nuca a Miguel Ángel Blanco. Insisto: la verdad está en las memes.
Lo cierto es que ese comentario de las redes sociales constituye el mejor resumen de lo acaecido en España tras el numerito montado por Pablo Iglesias en RTVE y la Ser, con la oportunísima colaboración activa de estos dos medios, y de la periodista, activista y demócrata, Ángels Barceló.
Pero el caso de las “balas” presuntamente enviadas a Pablo Iglesias, el ministro Fernando Grande Marlaska y la directora general de la Guardia Civil (tenía que haber cuota femenina entre las ‘víctimas’) huele, no ya a montaje, sino a algo peor: huele al inicio de otra campaña 11-M. Recuerden: tras los criminales atentados del 11-M de 2004 surgió Alfredo Pérez Rubalcaba, un tipo mucho más sensato que Sánchez e Iglesias pero igualmente mentiroso, para afirmar aquello de que “España no merece un Gobierno que nos mienta”. A partir de ahí, se sucedieron manifestaciones en las calles, cerco a la sede del Partido Popular, y hasta cineastas oscarizados que aseguraban que la derecha preparaba un golpe de Estado. Y así, sin fraude electoral, consiguieron el vuelco del 11-M de 2004 que llevó al poder al guerracivilista José Luis Rodríguez Zapatero, al que ni una sola encuesta daba vencedor.
La izquierda -tanto Podemos como PSOE- está rabiosa y generará toda la violencia, fraude o manipulación posibles para ganar en Madrid. La tentación vuelve a ser la Puerta del Sol
Y así, en la Batalla de Madrid, ahora, en 2021, se prepara otra operación 11-M, muy similar a la de 2004. Ojo, no la prepara Iglesias, la prepara Pedro Sánchez que este fin de semana ya puso a Vox donde quería: al borde de su ilegalización.
Se trata de evitar la victoria de Ayuso a costa de vender a Vox como el gran enemigo de la democracia. Vox no es un partido ultra, es un partido cristiano -mal cristiano, pero cristiano-. Por eso, se ha lanzado la operación 'balas', que suena a montaje, ciertamente, pero, aunque no lo fuera, aunque lo de los sobres fuera obra de algún chiflado ultra, en circunstancias normales, sensatas, sería un incidente que hubiera pasado inadvertido. Sin embargo, ahora puede ser aprovechado para excluir a Vox del mapa político o, al menos para que no alcance el 5% de los votos y no tenga representación en la Asamblea. Mucha gente crédula pensará que lo que le cuenta RTVE es cierto y que, en efecto, Santiago Abascal es un nazi que prepara una geografía de campos de exterminio de progresistas por toda la geografía española.
Para esta campaña -insisto, de Pedro, que no de Pablo, el primero es protagonista, el segundo cooperador necesario- resulta sustancial culminar la precitada operación ‘balas’ contra Iglesias y Marlaska. Prepárense, quedan 10 días, para escuchar, en víspera del 4-M unas retorcidísimas noticias sobre extrañas detenciones de personas, que, no lo duden, serán próximas a Vox. Después del 4-M, jueces y fiscales abandonarán el caso por falta de asidero pero el trabajo ya estará hecho.
Cuidado con la “caza al Cayetano”: la violencia comunista desde la adolescencia, cuando los chavales no saben ni en nombre de qué golpean al desconocido
Sánchez ya ha dado este fin de semana la señal de salida, la misma que dio Rubalcaba en 2004: “Vox es una amenaza para la democracia” como un Rubalcaba cualquiera. Y la amenaza consiguiente, en nombre de la democracia, naturalmente, como un Almodóvar cualquiera. “Vox cruzó el viernes una línea roja y será la última que cruce”.
Resumiendo: la izquierda -tanto Podemos como PSOE- está rabiosa y generará toda la violencia, fraude o manipulación posibles para ganar en Madrid. La tentación vuelve a ser la Puerta del Sol, la ‘sede’ del 15-M, la sede del Palacio de Correos, donde nació el neocomunsimo español, que practican tanto Sánchez como Iglesias. El neocomunismo consiste en conquistar la sociedad, no por la violencia sino manipulando el mensaje político o el debate social y conseguir la victoria en el Boletín Oficial del Estado, que luego será utilizado también como instrumento de propaganda mitinera.
Prepárense para 10 días de manipulación absoluta. Y si Madrid cae en manos de la izquierda se ha acelerará el frentepopulismo del desgarbado Iglesias y, sobre todo, del encorbatado Sánchez.
Y cuidado con la “caza al Cayetano”: violencia comunista, desde la adolescencia, cuando los chavales no saben ni qué cosa es el comunismo. En Madrid, la policía está llamando a las direcciones de colegios para advertir sobre las bandas de adolescentes que se dedican a pegar palizas a otros adolescentes.
Naturalmente, la policía, siempre políticamente correcta, no ideologiza estos altercados pero las redes sociales lo concretan en la “Caza al Cayetano”. Ya saben: vamos a pegar a los pijos. ¿Quién anima esa violencia adolescente? Pues dada su orientación -buscan víctimas entre los alumnos de los colegios ‘pijos’ del centro de Madrid- cabe pensar que aquello que la ‘Caza al Cayetano’ está presuntamente animada por aquellos que ahora se manifiestan como “víctimas del terrorismo fascista”.
Son los mismos que gritan “a por ellos, como en Paracuellos”. Víctimas.