Es sabido que el varón aprende a tratar a la mujer cuando ya no anhela conquistarla… supongo que afortunadamente para ambos sexos (perdón, género).

Algo parecido le debe ocurrir a los españoles -y el virus se ha trasladado al Reino Unido- con la monarquía. Cuando consigamos la III República española y la primera inglesa, entonces echaremos de menos el sistema monárquico.

También es cierto que en ambos países ya empiezan a pulular los monárquicos sin rey, pero las cosas que han durado cientos de años no conviene tirarlas a la basura sin darles antes una pensada.

Pues bien, el miércoles 10 la Casa Real anunciaba que la infanta Leonor, Princesa de Asturias, estudiará el Bachillerato (dos cursos) en País de Gales, a partir de septiembre, con un coste de 76.000 euros que los Reyes pagarán de su bolsillo. De inmediato, RTVE añade, salido de la asignación a la Casa Real por el Presupuesto del Estado.

Al parecer, la monarquía más pobre de Europa no puede gastar 76.000 euros en la educación de la futura Reina de España

¿Y de dónde iba a salir el salario si no? La asignación es el salario de su padre como rey y, por cierto, es uno de los Reyes más pobretones de Europa, con un presupuesto de verdadera miseria, de 8 millones de euros, con todos los gastos que ello comporta. 

Y naturalmente, del Presupuesto público sale el salario del Rey y la Reina… al igual que ocurre con el salario de cualquier político o cualquier funcionario.

Por otra parte, ¿no parece lógico que la futura Reina de España reciba la educación más esmerada?

Pues bien, todas estas mimbres de puro sentido común han sido respondidas por RTVE, la tele del Gobierno, con el insultante mensaje: “Leonor se va de España, como su abuelo”.

La campaña de Pablo Iglesias y el silencio ominoso de Pedro Sánchez han conseguido algo: que en España empiece a crecer el número de monárquicos sin Rey

Al parecer, la campaña de Pablo Iglesias por la III Republica y el silencio ominoso de Pedro Sánchez han conseguido algo: que en España empiece a crecer el número de monárquicos sin Rey. Muchos españoles no le perdonan a Felipe VI su actitud hacia su padre Juan Carlos I, su discurso ‘progre’ y, sobre todo, su cobardía al no parar los pies a la locura de Pedro Sánchez de crear un gobierno frentepopulista.

Curiosamente, este suicidio del monarca y la obsesión republicana se la hemos contagiado los españoles a los británicos. Así, el diario The Guardian, El País de allí, ha lanzado un ataque contra la monarquía británica por capítulos. Es el comienzo.