Slim baraja la fusión por absorción de FCC y Realia, sin problemas por Polygon antes de la salida de Esther Koplowitz
Carlos Slim, el gran hombre, estuvo en el Día del Inversor en Madrid para explicar que él no es ‘dogmático’ que, por tanto, no precisa hacer planes estratégicos (“nadie sabe lo que va a pasar dentro de dos años”), así que el Grupo Carso, la propia FCC, se gestiona… haciendo camino al andar. A mí, me ha convencido.
Ejemplo, el esperado dividendo de FCC, una vez comprobada la “fortaleza de su balance” podría ser, o no ser, en el ejercicio 2019 y casi podría ser dual, es decir, en metálico y en acciones. Porque no hay que ser dogmático. Porque, según figura en los principios del Grupo Carso, “el dinero que sale de la empresa se evapora. Por eso, reinvertimos las utilidades”. Koplowitz, te quedas sin dividendo y, a este paso, sin acciones.
Dividendo que podría llegar en 2019, y encima dual. Eso condena a Esther Koplowitz
Lo malo es que eso no le basta a Esther Koplowitz, porque la entrada del grupo Slim, hace ahora cuatro años, ha servido para reducir la deuda de FCC pero no la deuda personal de Esther Koplowitz, que, de no abonarla, puede perder todo su capital. Pero como no somos dogmáticos…
Y lo más importante, la respuesta de Carlos Slim a todos los rumores que corren por Madrid. El mexicano asegura que él no vende nada: ni FCC Construcción, ni FCC Medioambiental (50% del ebitda del Grupo), ni Portland, ni Aqualia, están en venta; “Todo lo contrario”, asegura el magnate. Llegan socios para reforzar Aqualia y, si acaso, comprar otras empresas, no vender. Háganme caso: Slim es un cachondo mental.
Para entendernos, lo que el ingeniero dice es que los 1.000 millones de euros que ha pagado el fondo australiano IFM por el 49% de Aqualia no es vender, sino comprar, dado que el dinero no se va dedicar a dividendo (eso seguro), sino a hacer crecer a Aqualia.
Porque si pagas dividendo, el dinero “se evapora”
Bueno, le pregunta alguien, pero ¿entonces ustedes siempre mantendrán la mayoría? No, “no somos dogmáticos”, a lo mejor sí, a lo mejor no: un cachondo.
Y, en conclusión, puede decirse que todo FCC está en venta: FCC Construcción, FCC Medioambiente, la cementera Portland, el conjunto de Aqualia, la división energética… porque el señor Slim considera que, como el balance de FCC ya está lo suficientemente fuerte, no es necesario que él invierta más dinero. Es más, miren por donde, cuando el Corporativo ha necesitado dinero, lo que ha hecho es apalancar Aqualia, la joya de la corona.
Pero como “no somos dogmáticos”, también estamos dispuestos a perder la mayoría. Insisto: todo FCC está en venta … todo menos una parte: la división inmobiliaria, compuesta por Realia y por FCC Real State. Suelo, promoción inmobiliaria, alquiler, centros comerciales… Es lo que más le gusta a Slim, los bienes raíces, y los ha sacado del grupo FCC. Ahí no hacen falta socios.
Gestión Slim en FCC: se reducen gastos y deuda, pero no hay ingresos
Y a todo esto, ¿cómo vamos de cuentas?
Pues los casi cuatro años de gestión de Slim se podrían resumir así: reducción de costes, reducción de deudas (los bancos extorsionaban a Koplowitz pero no se atreven con Slim) y el balance está saneado. Ahora bien, los ingresos no han crecido con Slim y resulta que el buen gestor no es el que reduce gastos, sino el que aumenta ingresos. Al menos casi siempre.
Y FCC Construcción sigue siendo el problema. No sería de extrañar que si no aumentan los pedidos se reduzca, otra vez, la plantilla.