Coca-Cola tiene en España una de sus mejores franquicias internacionales, pero en los últimos años el trato no ha sido bueno: cierres de plantas y despidos
Coca-Cola ha empezado a meter tijera en la plantilla, algo que no es de extrañar pues si lo hacía cuando tenía fuertes ganancias, ahora tiene el argumento perfecto para ello porque le está yendo mal por culpa de la pandemia del coronavirus. Despedirá a 2.200 personas en todo el mundo, que sólo suponen el 2,55% de su plantilla mundial (86.200 empleados al cierre de 2019), pero ojo, porque esto no incluye a las embotelladoras, que podrían imitarla.
La multinacional de refrescos con sede en Atlanta vio hundirse su beneficio un 33% y sus ventas bajaron un 9% en el tercer trimestre por el impacto del Covid-19. Una caída de ingresos, sobre todo, por las restricciones y sus efectos en la hostelería, porque la mitad de las ventas vienen del consumo fuera de casa, y como al mismo tiempo se han elevado los costes, ha optado por reestructurar plantilla. De los 2.200 despidos, 1.200 se producirán en EEUU, y ojo, porque a pesar de los malos datos económicos, se gastará entre 286 y 449 millones de euros en indemnizaciones.
La fábrica de La Rinconada (Sevilla) se convertirá en la más grande de Europa, pero ojo, eso no la salva de nada: recuerden lo que pasó en otra que ya tuvo ese título (la de Fuenlabrada)
Respecto a si las embotelladoras podrían imitar los recortes de Atlanta, conviene recordar que la ‘megaembotelladora’ europea que preside la española Sol Daurella lleva algo de ventaja, aunque a pequeña escala: ha anunciado el cierre de la planta de Málaga, dedicada al canal Horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías), a pesar de que presume de apoyar a los bares… ¡Una gran incoherencia! El cierre se hará el próximo 15 de enero, pues empresa y sindicatos han llegado a un acuerdo a golpe de talonario vía prejubilaciones, indemnizaciones y traslados a la planta de La Rinconada (Sevilla).
En concreto, Coca-Cola European Partners ofrece prejubilaciones para los mayores de 55 años y una indemnización de 18.000 euros brutos para los que opten por el traslado, a la que se añaden ayudas sociales (700 euros brutos mensuales para vivienda durante dos años). La fábrica sevillana se convertirá en su planta más grande de Europa, pero ojo, eso no la salva de nada porque ya saben lo que ocurrió con otra que tenía dicha posición (la de Fuenlabrada, que cerró y protagonizó un largo conflicto laboral durante años que se acabó vía prejubilaciones) y el mercado ibérico (España, Portugal y Andorra) ha sido el único europeo donde las ventas cayeron a doble dígito (-23,5%) en el tercer trimestre.