En Cartagena vecinos de una empleada de un supermercado han pasado una nota por debajo de su puerta diciéndola que no querían más riesgos. Un mensaje que ha hecho llorar a su hijo de 10 años, que fue quien lo vio el primero
Indignación generalizada en las redes sociales al hacerse público el cartel que los vecinos le han pegado en la puerta de su domicilio a un médico que presta sus servicios en el hospital Mancha Centro de Alcázar de San Juan (Ciudad Real), una de las localidades de Castilla-La Mancha más afectadas por la pandemia de coronavirus.
En el mensaje dirigido al doctor, que hace unas semanas llegó desde otro punto de España a Alcázar para lucha contra el COVID-19, sus vecinos le piden que deje de dormir en casa y se traslade a un hotel que las autoridades han preparado para alojar a los sanitarios que así lo deseen, aunque es un servicio opcional y nunca obligatorio.
Tal es la indignación que ha generado en toda España esta situación que se ha creado una plataforma de apoyo al médico afectado, que ya cuenta con más de 500 firmas.
Y en Cartagena, una empleada de un supermercado, se encontró una nota escrita por sus vecinos bajo su puerta en la que le pedían que abandonara el edificio "por el bien de todos". Ella les ha respondido y ha contados los hechos en las redes sociales.
"Hemos visto que trabajas en un supermercado y aquí vivimos muchas personas. No queremos más riesgos", han escrito los vecinos de Miriam en una nota que han colado por debajo de la entrada de su vivienda en Cartagena. Para ellos, esta es razón suficiente para que la trabajadora de un supermercado se busque otra vivienda "mientras dura esto".
La mujer les ha contestado a través de otra carta, en la que reconoce que trabaja en un supermercado y deja claro que "gracias a nosotros, vosotros coméis cada día". Además asegura que no necesita lecciones de limpieza: "Soy la primera que llega a casa y no puede darle un beso a mis hijos hasta que no me he desinfectado".
También pide a sus vecinos que "en vez de tanto aplauso a las ocho de la tarde" tengan un poco de empatía con aquellos que deben continuar trabajando durante el estado de alarma. "Y en vez de dejar notas debajo de la puerta, me tocáis el timbre y os lo digo personalmente", replica.
Para terminar su escrito, agradece irónicamente la acción de sus vecinos, la cual "ha hecho llorar a un niño de 10 años, que ha sido el que ha cogido la nota".