Francesco Starace es CEO de de Enel desde mayo de 2014
Enel luce, pero sin brillar en el primer trimestre. Y es que ha tenido un beneficio neto de 1.176 millones de euros, un 5,7% inferior al de hace un año, aunque con caídas de Ebitda (-13%) y de ingresas (-14,4%).
La energética italiana, que es propiedad del Estado italiano en un 25% y controla el 70% de Endesa, ha realizado fuertes inversiones “en renovables y redes, para acelerar todavía más el proceso de descarbonización y aprovechar las oportunidades que emergerán de la recuperación económica”, según ha destacado el CEO, Francesco Starace. En concreto, las inversiones en bienes de capital (capex) han crecido a doble dígito en el primer trimestre.
No son baladí las inversiones en redes y renovables, pues aportan el 70% del resultado bruto de explotación (Ebitda), es decir, de la capacidad de generar recursos. En el primer trimestre, el Ebitda se ha situado en 4.091 millones, siendo un 13,1% inferior al de hace un año, y el beneficio antes de intereses e impuestos (Ebit) ha caído un 18,8%, hasta 2.525 millones.
Enel mantiene una deuda neta elevada: asciende a 45.884 millones, frente a los 45.400 millones en que estaba al final del año 2020
Por su parte, los ingresos se han situado en 17.707 millones, lo que supone un descenso del 14,4%, mientras los gastos han sido de 14.864 millones (-7,6%). Por negocios, la división de mercados finales ha facturado 8.256 millones (-1,3%); la de comercialización y generación térmica, 5.705 millones (-33,5%); la de infraestructuras y redes, 4.616 millones (-7%); frente a los crecimientos de la filial renovable Enel Green Power, que ha aportado 1.955 millones (+7,5%); y Enel X, con 291 millones (+30,5%).
Eso sí, Enel mantiene una deuda neta elevada. Al cierre del primer trimestre, ha ascendido a 45.884 millones, frente a los 45.400 millones en que estaba al final del año 2020.
Paralelamente, ya controla mejor el Consejo de Administración de Endesa y ha puesto la vista en la fibra óptica al otro lado del océano Atlántico. Y es que ha vendido su participación en la teleco italiana Open Fiber (el 40% al Gobierno italiano, concretamente a CDP, y el 10% restante al fondo Macquarie), al tiempo que quiere comprar al fondo británico Cinven el 79% que no controla de Ufinet (uno de los mayores operadores de fibra óptica en Hispanoamérica) por un máxim de 2.100 millones.