Javier Guerra, director general de Tecnatom y presidente de la SNE, y José Emeterio Gutiérrez, Senior Advisor & Consultant y expresidente de Westinghouse
La energía nuclear es la más importante y verde de España, pues en 2019, por noveno año consecutivo, ha sido la primera fuente de energía (aportó el 21,43% del total de la producción eléctrica) y la primera no emisora de CO2 (supuso un 36,22% del total de la producción libre de emisiones, que es del 60%). Datos que ha subrayado el presidente de la Sociedad Nuclear Española (SNE) y director general de Tecnatom, Javier Guerra, sin embargo, la vicepresidenta de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, se empeña en cerrarla.
El parque nuclear es capaz de trabajar conjuntamente con las energías renovables y pues el año pasado su disponibilidad media fue del 89,5% del total de horas del año. Por tanto, “prácticamente estuvo todo el año operando”, pese a que se incorporaron 6.000 nuevos megavatios (MW) de renovables. “La nuclear es la campeona en la lucha contra el cambio climático”, ha añadido Guerra.
La nuclear es la campeona en la lucha contra el cambio climático: no se debe prescindir de ella si se quieren alcanzar los objetivos del PNIEC
La SNE es una asociación sin ánimo de lucro que agrupa a profesionales e instituciones para promover el conocimiento y la difusión de la ciencia y la tecnología nuclear, pero no es su única defensora (también está la mismísima ONU, el visionario Negroponte o incluso los verdes finlandeses, entre otros). Y si se quieren alcanzar los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) no se debe prescindir de esta energía, y mucho menos, tras la Declaración de Emergencia Climática que hizo el Gobierno, porque “las nucleares son imprescindibles para garantizar el suministro y reducir las emisiones”, ha señalado Guerra.
Con el empeño de la ‘vice’ Ribera en cerrarlas (una decisión que “no tiene más lógica que la política”, según Guerra) parece que España va a contracorriente: sólo quedan siete reactores operativos, pero en el mundo hay 446 y otros 53 en construcción, a los que se suman los planes de las grandes potencias y de otros muchos países. En Europa, “la apuesta nuclear sigue estando viva” (aporta el 26% de la producción eléctrica y el 50% de la libre de emisiones): hay planes de nuevos reactores, entre ellos, los del grupo de Visegrado (Polonia, República Checa, Eslovaquia y Hungría) para reducir su dependencia del carbón; y otros países han alargado la vida útil de las centrales más allá de los 40 años.
“Si un país establece objetivos agresivos medioambientales, pero no toma decisiones consecuentes con los mismos, no los alcanzará”, afirma José Emeterio Gutiérrez
“Si un país establece objetivos agresivos medioambientales, pero no toma decisiones consecuentes con los mismos, no los alcanzará”, ha afirmado José Emeterio Gutiérrez, Senior Advisor & Consultant y expresidente de Westinghouse”. En esto, Canadá es un buen ejemplo, porque sus 19 nucleares van a funcionar el tiempo que sea oportuno; mientras que Alemania es “el ejemplo de lo que no hay que hacer”, pues acordó el cierre progresivo de la nuclear antes que el del carbón, dificultando la transición ecológica. Además, EEUU, China (podría adelantar a Francia como segundo productor nuclear este año y dentro de una década, también a EEUU), Rusia e India apuestan por esta energía
Actualmente, el mayor proyecto de investigación en fusión nuclear es el ITER y los expertos han señalado que “en 2050 se espera que llegue un reactor comercialmente fiable”. El ITER se construye en Francia y Granada está entre las favoritas para acoger el IFMIF-Dones, una infraestructura científica importante del mismo que investigará y desarrollará los materiales con los que se construirán los futuros reactores de fusión. Además, en fisión, hay una gran cantidad de investigaciones en nuevos desarrollos en EEUU, China e India.