“La crisis del coronavirus nos muestra que ahora es el momento de abolir la familia”. Así se titula el artículo de Sophie Lewis, publicado en la web Open Democracy, una plataforma financiara por George Soros y por la familia Rockefeller, entre otros. Por cierto, nada más abrir la página, Open Democracy nos pide que hagamos una donación a su favor. Debe costar mucho dinero mantenerla.

Mensaje mollar del artículo: hay que abolir la familia porque, a pesar del mensaje actual de ‘quedarnos en casa’, es allí donde se produce “la mistificación de la forma de pareja; la romantización del parentesco; y la desinfección del espacio fundamentalmente inseguro que es la propiedad privada”.

¿Comprenden? Es en el hogar donde se producen las mayores desigualdades debido a las “asimetrías de poder de las tareas domésticas, de la renta y la deuda hipotecaria, la propiedad de la tierra y los títulos de propiedad, de la crianza patriarcal y (a menudo) la institución del matrimonio”. Si esto es así, ¿cómo es posible que quedarnos en casa sea lo mejor para la salud?

Y la clave de todo: es en estos hogares “estándar” donde se produce, según la OMS, la mayor parte de la violencia doméstica, “el abuso más difundido, pero uno de los menos denunciados de derechos humanos”. Especialmente vulnerables son, en este contexto, “las personas ‘queer’ y feminizadas, especialmente las muy viejas y muy jóvenes”, asegura la autora Lewis. Nota aclaratoria: la teoría queer considera que la sexualidad y el género pueden cambiar con el tiempo y no encajar con ser hombre, mujer, gay o hetero. Es algo más ‘líquido’, es decir, no es algo estático, sino que fluye.

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El coronavirus ha agravado la situación, según Lewis, que se hace eco de la teoría defendida por la feminista Madeline Lane-McKinley: “Los hogares son las ollas a presión del capitalismo. Esta crisis verá un aumento en las tareas domésticas: limpieza, cocina, cuidado, pero también abuso infantil, abuso sexual, violación de parejas íntimas, tortura psicológica y más”.

La conclusión de Lewis es brillante: “Lejos de ser un momento para aceptar la ideología de los ‘valores familiares’, entonces, la pandemia es un momento sumamente importante para aprovisionar, evacuar y, en general, empoderar a los sobrevivientes y a los refugiados del hogar nuclear”.

Y, por si acaso, la web patrocinada por Soros concluye: “Incluso cuando el hogar nuclear privado no representa una amenaza física o mental directa para la persona de uno, sin maltratar a su cónyuge, no violar a los niños y no criticar a nadie, la familia privada en cuanto modo de reproducción social todavía, francamente, apesta”.

George Soros está considerado el heredero ideológico de David Rockefeller (fallecido en 2017), el hombre que transformó la masonería en satanismo, y uno de los mayores impulsores del Nuevo Orden Mundial (NOM). Es lógico, pues, que odie la familia, especialmente la cristiana, y quiera acabar con ella. Es en lo que se ha empeñado Satanás durante las últimas décadas. Tranquilos, ya les adelanto que no lo va a conseguir.