En materia de moral, preguntad al pueblo. Lo mejor es la justicia popular: más jurado y elección popular de jueces… entre los bien preparados
Ese gran pinocho mentiroso que es Pablo Echenique asegura que Carlos Lesmes, presidente del Consejo General del Poder Judicial ha aprovechado la no renovación de su cargo para nombrar a jueces ‘fachas’.
En primer lugar, no es verdad pero eso, tratándose de Echenique, tampoco es noticia. En segundo lugar, si los políticos llevan 2,5 años de retraso para renovar el Consejo lo lógico es que Lesmes no paralice los nombramientos del Consejo.
En tercer lugar, los jueces nombrados no son de derechas. Además, recuerden que ahora tenemos una izquierda progre y una derecha progre pues ambas siguen el primer mandamiento progresista: abajo los curas y arriba las faldas. Lo único que se sale hoy del universo progre es lo cristiano, con su teología del hombre y su teología del cuerpo.
La politización de la justicia es mucho peor que judicialización de la política
Entonces, ¿por qué montar este pollo? ¿Qué pretenden conseguir Sánchez e Iglesias? Es evidente que el PSOE y Podemos pretenden no ya controlar decisiones judiciales sino también la justicia misma.
La técnica es sencilla. Primero me hago con los tribunales y luego reclamo una justicia independiente y el acatamiento de las sentencias. No se trata de controlar las leyes, que también, ni las instituciones de justicia, que también, sino el corazón de los jueces y la disciplina de los fiscales.
Y una última cuestión tremendamente importante: cuando el fallo no me guste no ataco al fallo sino al hombre: se trata de un juez corrupto o sospechoso de corrupción. Cuando sí me gusta, entonces recuerden que no sólo es una sentencia: es un mandamiento canónico que se cumple por la autoridad de quien lo redacta, no por sus argumentos.
Por lo demás, recuerden: todavía hay algo peor que la politización de la justicia: la judicialización de la política. La crisis moral niega la ley natural, la posibilidad de conocer la verdad y la moral objetiva. Como se da la circunstancia de que el hombre necesita de esa verdad y de esa moral objetivas, acaba convirtiendo las sentencias judiciales en su catecismo. ¡Ay madre!
En materia de moral, preguntad al pueblo. Lo mejor es la justicia popular: más jurado y elección popular de jueces… entre los bien preparados
Yo abogo por la justicia popular: más jurado y elección popular de jueces… previamente bien preparados. ¿Saben por qué? Porque en materia de moral, decía Chesterton, “preguntad al pueblo”. Si se trata de juzgar mi conducta, yo prefiero que me juzgue Juan Español que la señora Dolores Delgado. Por ejemplo. Sepa más o menos que ella, seguro que tiene menos sectarismo y menos prejuicios.