El atentado de Sri Lanka se perpetró por odio a la fe cristiana
En Filipinas, Paquistán, Egipto, India, Nigeria, Bangladesh, Iraq… se suceden los atentados contra los cristianos mientras el mundo mira hacia otro lado. Los políticos españoles, miserables ellos, sólo lamentan y condenan el atentado –solo faltaba- omitiendo el pequeño detalle de que se tratara de un atentado contra cristianos por el hecho de serlo: cuatro iglesias, tres hoteles y un grupo de viviendas donde abundaban los occidentales. Porque, para ellos, occidentales y cruzados son una misma cosa.
El gobierno español condena los hechos como si se tratara de un atentado político y no anticristiano
Sólo Santiago Abascal y Rocío Monasterio, de Vox, aludieron a la condición cristiana de las víctimas y al motivo de la bestialidad del Domingo de Resurrección en Sri Lanka: persecución contra los cristianos que este atentado (con 290 asesinados) representa. El miserable de Pedro Sánchez –no tiene otra calificación en este momento- eludió cualquier referencia al odio a la fe como móvil del atentado mientras, eso sí, lloraba por las víctimas. Debían ser lágrimas de cocodrilo, que completó con un “el terror y la barbarie no nos doblegarán nunca”. ¿A quiénes? Si el atentado se perpetró contra los cristianos y por odio a Cristo, ¿qué te va a ti, que te confiesas ateo y tus políticas no hacen otra cosa qua atacar a la Iglesia? ¿Por qué te iban a doblegar o a no doblegar?
Los verdugos sólo pueden ser islamistas o hinduistas. Y cuidado con estos últimos, que son los peores
En definitiva, una condena que, al igual que la oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores, que lidera don José Borrell, es condenada sin citar, ni causas ni consecuencias, ni razones ni motivos, ni víctimas ni verdugos. Dan asco: Sánchez, Casado, Rivera e Iglesias.
Y más: si en Sri Lanka se persigue a los cristianos para quitarles la vida, en Occidente (con Pedro Sánchez como paladín que ni Zapatero fue tan cristófobo como el actual presidente) la persecución contra los cristianos consiste en ningunearles, marginarles y obligarles a esconderse en su conciencia privada, prohibiéndoles así el ejercicio de sus derechos políticos, sociales y profesionales. En primer lugar, el derecho a la libertad de expresión. Persecución violenta en Oriente, persecución silenciosa en Occidente, por ninguneo.
Tiempos de martirio: en Oriente, martirio de sangre; en Occidente, martirio de marginación a los católicos
Volamos a Ceilán. Los separatistas tamiles (una tercera parte de la población de Ceilán) son hinduistas mientras la mayoría de los cingaleses son budistas. Hay un 11% de islámicos y un 7% de cristianos. Pero ojo, no se trata de enfrentamientos “religiosos”, como asegura RTVE, el doberman de la Moncloa. Los hinduistas son panteístas y los budistas son educados, porque el budismo no es una religión sino un manual de autoayuda y una política de orden, para andar por la vida y para la paz social. Y esto no porque lo diga yo, sino porque lo dice Buda, que nunca pretendió crear una teología, ni tan siquiera una filosofía de vida. El hinduismo, sin embargo, es otra cosa mucho más peligrosa. Es panteísta, y como ahora se esta demostrando en la India, aunque en Europa sigamos diciendo chorradas al respecto, el hinduismo no es tan cristófobo como el islamismo: lo es mucho más. Las matanzas de cristianos en la India desde que está en el poder el Partido Nacionalista –hindú- así lo demuestra.
En cualquier caso, la reacción de los políticos españoles produce náuseas.