La vicepresidenta económica llevaba un tiempo desaparecida: no soporta a Pablo Iglesias, a quien Sánchez le ha dicho que no hable de economía. A ver cuánto aguanta
Andaba desaparecida y, de repente, la vicepresidenta tercera del Gobierno, responsable de Economía, Nadia Calviño, se convierte, en la jornada del lunes 16 en la estrella mediática, responsable de la mediática reunión con empresarios y sindicatos de cara al asunto de los asuntos: el plan de recuperación europea, con rueda de prensa incluida. Donde, por cierto no dijo nada.
¿Qué había ocurrido? Pues había ocurrido que Nadia Calviño presentó, la semana anterior segunda vez- su dimisión a Pedro Sánchez: no le fue aceptada, por supuesto, pero Sánchez sabe que la necesita y tomó nota.
Además, el presidente ha prometido a Calviño que dirigirá todo el Plan de Recuperación y el lunes se presentaba como interlocutor ante empresarios y sindicatos
La vicepresidenta económica llevaba un tiempo desaparecida. La razón es que no soporta a Pablo Iglesias, a quien Sánchez, tras la amenaza de dimisión de Nadia, le ha dicho que no hable de economía, que eso no es lo suyo. A ver cuánto aguanta porque es un secreto a voces que don Pablo no hace ni caso de don Pedro y que a este, cuando le orina don Pablo, asegura que llueve.
Sánchez necesita a Calviño para Bruselas y como cara moderada de un Gobierno frentepopulista
Además, el presidente ha prometido a Calviño que dirigirá todo el Plan de Recuperación y de ahí que quitara del proscenio a la insufrible podemita Yolanda Díaz y dejara a Calviño de estrella por un día. Hasta hubo sorpresas en CEOE y Sindicatos por el cambio de interlocutor.
Lo cierto es que Sánchez necesita a Calviño para Bruselas y como cara moderada de un Gobierno frentepopulista.
El gran secreto a voces, que hace temblar también a la oposición... es que el dinero europeo no llegue
El gran secreto a voces, que hace temblar también a la oposición… es que el dinero europeo no llegue. Y para ello, un Gobierno frentepopulista necesita una cara más europea, más moderada. En Economía, que conste, porque Calviño se apunta al feminismo radical como una Calvo cualquiera.
No se podía aceptar la dimisión de Calviño en plena -e inteligente- reacción de Polonia y Hungría, que prefieren honra sin barcos. Los fondos europeos podrían no llegar nunca.
Y con la inteligente reacción de Polonia y Hungría, que prefieren honra sin barcos, todo podría suceder
En pocas palabras. Calviño no soporta a Iglesias.