En Netflix, con el activista woke Reed Hastings al mando, hay previsiones demasiado optimistas, tras un segundo trimestre al tran-tran
Netflix parece dispuesta a no dejar de sorprendernos… Ahora quiere educar a los padres, sí, han leído bien, para que luego estos eduquen a los niños. ¡Ay, madre!
La plataforma de streaming que dirige Reed Hastings ofrece a los padres preguntas sobre los contenidos para que se las planteen a sus hijos y sepan mejor por qué les gustan unos y no otros, como informa ABC. Esto se incluye en el informe de actividad, una nueva herramienta con la que permitirá que los padres puedan controlar lo que ven sus hijos, y también ofrece recursos para que estos últimos se puedan entretener en casa (dibujos, chistes e información sobre personajes).
Ojo, porque no es oro todo lo que reluce: Netflix no puede presumir de ser bueno para dar lecciones de educación. Conviene recordar que no tuvo reparos en sexualizar a niñas en la película Cuties, por lo que le han llovido las demandas. Pero esta no ha sido su única polémica: tampoco le ha importado ofender a los cristianos en la película La primera tentación de Cristo (y lo ha reconocido en sede judicial, pero no la ha retirado de su catálogo) ni entrar en la campaña electoral de EEUU, cómo no, como buen progre que es, contra Donald Trump. Y cuidado, porque la cosa no queda ahí: el año pasado, Netflix se atrevió a extorsionar al estado de Georgia, con la reconsideración de su inversión allí (lo que tendría un fuerte impacto económico), si entraba en vigor la ley que restringía el aborto.
Claro que entre tanta polémica y el aumento de la competencia en el streaming, algunas de sus cifras se han estancado, pues sólo ha sumado 2,2 millones de nuevos suscriptores en el tercer trimestre. Y ojo, porque a pesar de sus beneficios e ingresos crecientes, ha seguido elevando su deuda a largo plazo, que cerró septiembre en 13.126 millones de euros.
A Netflix se le puede aplicar el refranero español: zapatero, a tus zapatos.