Boyacá no tiene quien le haga sombra: SGEL no es rival.
Boyacá ostenta el monopolio en el reparto de la prensa de papel desde 2013, cuando compró DIMA y las principales empresas distribuidoras de prensa de los editores, pero a pesar de este liderazgo ahora quiere despedir a 130 de los 240 repartidores que tiene en la Comunidad de Madrid. Es decir, reducir la plantilla más de un 50%. Por eso, llevamos ya cuatro días sin periódicos en los quioscos…
¿El objetivo? Boyacá quiere pagar menos a sus empleados y sustituir a los despedidos por extranjeros que no pongan problemas a trabajar en peores condiciones laborales. Pero no es la primera reestructuración que hace: ya lleva otras dos en los últimos siete años, que han bajado el número de días de trabajo y en un 50% el coste de los servicios de los repartidores.
Quiere rebajar condiciones a 150 euros al día sin asegurar número de días, pero los repartidores se quejan: si no trabajan al menos 20, no cubren costes
En la actualidad, los 240 transportistas autónomos tienen contratos mercantiles de prestación de servicios, que recogen un servicio de reparto de prensa de 15 días al mes, con una duración máxima de cuatro horas por servicio y entregas en unos 20 puntos de venta. Todo ello por una retribución de 4.300 euros brutos al mes, con los que los deben pagar su cotización a la Seguridad Social, el seguro de la furgoneta, etc.
Para los 110 repartidores que se quedarían, Boyacá quiere rebajarles las condiciones a 150 euros al día sin asegurarles días de trabajo ni futuro. Estos advierten que si no trabajan al menos 20 días, facturarán por debajo del coste de las obligaciones que se les exigen como autónomos y transportistas. Es más, señalan que su coste fijo mensual ronda los 2.000 euros y al descontar los gastos de autónomos, vehículo, gasoil. etc. les queda un sueldo inferior a los 1.000 euros incluyendo jornadas nocturnas y festivos.
Ha despedido más de 450 personas en los últimos cinco años y los 130 que quiere echar ahora llevan más de 30 años trabajando en el sector
Los contratos actuales vencen el 30 de agosto y han sido anunciados por la empresa con seis meses de antelación. Si se resuelven de forma anticipada, incluyen indemnizaciones por 90.000 euros, mientras que si llegan a término, no hay indemnización.
Asimismo, no podemos olvidar que Boyacá ha llevado a cabo más de 450 despidos en los últimos cinco años y que los 130 que pretende echar ahora a la calle llevan más de 30 años trabajando en el sector. Y todo ello a pesar de tener el monopolio… por lo que los repartidores sólo piden a Boyacá que “reconsidere su posición dictatorial y vuelva a la negociación del número de personas despedidas”, puesto que los 130 es la línea roja impuesta por la empresa, hasta ahora.