Norwegian quintuplica sus pérdidas en 2018 y el cierre de bases puede provocar huelgas de pilotos y tcp
El anuncio de la nueva ruta low cost de Norwegian, la tercera en concreto, entre Madrid y Miami en otoño, activa las especulaciones entre la estrategia de la noruega, el interés de compra de IAG, el holding de Iberia y British Airways, tras adquirir una participación de 4,16%, y los posibles contactos con la irlandesa Ryanair.
Sin embargo, nada ha cambiado en ese escenario, salvo en un punto: la prolongada caída en bolsa de la noruega, que cotizaba por encima de los 32 euros en abril y desde entonces no ha dejado de caer, hasta los 25,2 de ahora.
Para Ryanair, la intención de Norwegian sigue en lo que señaló su consejero delegado, Michael O’Leary, “fabular un interés mítico”, cuando lo que está cuestionado es “su futuro como línea independiente”.
El precio del petróleo amenaza los márgenes del sector y favorece los procesos de concentración
Hay más opciones de que Willie Walsh, el ceo de IAG, se replantee una tercera oferta, después de su último intento, a principios de mayo, de hacerse con el 100% a través de una OPA, aunque las uvas están verdes todavía porque el propio Walsh descarta una oferta hostil después de que la noruega rechazara la oferta.
Ahora bien, puede ser cuestión de tiempo porque el negocio low cost es creciente y Norwegian ha irrumpido en terreno de IAG, que también opera con tres vuelos de su filial Level en la ruta de largo radio Madrid-Miami. De igual modo, conectará Madrid con Los Ángeles y Nueva York (a partir de julio) y otras cuatro desde Barcelona.
El problema en el sector es el mismo para todos (Norwegian, IAG o Ryanair): el aumento de precios del petróleo, con la amenaza que implica para al margen de beneficio sin subir las tarifas, otra de las máximas que se han impuesto para competir y no perder cuota de pasajeros.
Ese es el motivo que activa los movimientos corporativos de concentración en el sector, mientras Norwegian se hace querer para sobrevivir, según Ryanair, al tiempo que a IAG le vendría de perlas hacerse con ella para quitarse de en medio a un competidor con el que comparte rutas.