El líder de Podemos, Pablo Iglesias, presiona para que Bankia permanezca como banco público.
El aterrizaje de Pedro Sánchez en La Moncloa ha abierto un nuevo horizonte en Bankia, no tanto por el socialista, sino por sus socios comunistas de Podemos. Y es que Pablo Iglesias y compañía ya habían manifestado, incluso antes de pisar moqueta, sus preferencias por la banca pública.
Y poco han tardado en mostrar la patita, esto es, en presionar a Sánchez para que Bankia no se privatice y permanezca en el sector público. Y cuidado, porque el contexto está jugando a su favor. En otras palabras, Bankia aún tiene que devolver 21.206 millones de euros de los 24.069 millones que ha recibido, BMN incluido. Para ello, el FROB, o sea, el Gobierno, tiene de plazo hasta el 31 de diciembre de 2019.
El reto es prácticamente inalcanzable. Como adelantó Hispanidad, para lograrlo, Bankia debería cotizar a 6,9 euros la acción. Este miércoles ronda los 3,5 euros. Está muy lejos y esa distancia juega en contra de la privatización y a favor de las tesis de Podemos. Pablo Iglesias lo sabe y está presionando para que Sánchez mantenga la entidad en el sector público.
Ahora bien, el presidente no solo debe tener en cuenta el plazo -puede ampliarlo si quiere mediante un decreto ley- sino el pago de los intereses que debe abonar a Europa. Recuerden que el rescate bancario europeo consistió en un crédito de hasta 100.000 millones de euros de los que se dispusieron 41.300 millones.
El exministro Luis de Guindos habló entonces de “un préstamo en condiciones muy favorables, mejores que las del mercado”. Y para que no quedara ninguna duda, el entonces ministro de Hacienda alemán, Wolfgang Schäuble, aseguró que “España garantizará el préstamo y tendrá que devolverlo”.
De momento, nuestro país ha reembolsado 14.600 millones de euros. Pero volvamos a Bankia. De los 41.300 millones de euros dispuestos por España, 19.000 millones fueron a parar a la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri. ¿Que Bankia no se privatiza? A Bruselas no le importa, pero exige que se devuelva el préstamo con los intereses. Y si no se hace vía privatización, que no computa como déficit, el Gobierno tendrá que hacerlo con cargo a las cuentas públicas y computando como déficit.
En este contexto y ante un futuro incierto, Goiri salió el martes al quite de las presiones con unas declaraciones muy directas acerca de la privatización de Bankia: “Es la mejor opción para el futuro del proyecto”, señaló.