La cuenta de pérdidas y ganancias, en general (y con algunas excepciones) es estable, pero el mercado no lo premia
Otra compañía que presenta mucho peor resultado al cierre del primer trimestre de 2020 (ver documento adjunto) si lo comparamos con igual periodo de 2019. Naturgy ha tenido un resultado consolidado de 364 millones de euros (M€) a 31 de marzo frente al de 551 M€ de hace un año, una caída del 41,6%%, y eso que a 31 de marzo la broma del Covid-19 no había hecho más que empezar y que como anuncia la propia compañía, el impacto en el segundo trimestre se espera aún mayor, es decir: peor.
Y es que la facturación ha descendido en un 20,2% si comparamos los dos periodos de referencia y, en consonancia, la liquidez que generan las actividades de explotación (el negocio) lo hace en un 21,7%. Ni siquiera la reducción en un 27,8% de la inversión en el último trimestre (seguimos comparando con el mismo trimestre de 2019) ha evitado que el flujo de caja libre haya bajado en un 17,7%.
Caen el resultado (-34%), la facturación (-20,2%), el Ebitda (-15,6%), el margen bruto (-6,2%) y las inversiones (-27,8%)
Es verdad, que parte de esa reducción de liquidez y del Ebitda (-15,6%) tiene su origen en unos elevados costes de reestructuración (158 M€), pero resulta preocupante que el margen bruto de la compañía (la diferencia entre la cifra de ventas y el coste de aprovisionamientos que, además ha caído en este último caso), que es el que soporta toda la cuenta de resultados, se haya reducido en un 6,2% y el Ebitda, corregido por el mismo efecto, lo haya hecho en un 5,6%. El negocio no iba bien antes del Covid-19, salvo que nos quieran convencer de que los últimos 15 días del trimestre fueron muy malos.
Nos parece que Naturgy puede pretender actuar como la ministra Nadia Calviño, que viene vendiendo la especie de que todo iba estupendamente pero que con el Covid-19 se ha fastidiado. Es decir, que si no llega a ser por la pandemia, ella nos iba a presentar una ejecutoria estupenda. Y eso no es verdad: iba mal, la Unión Europea le corrigió la semana pasada en un 0,3% las cifras de déficit público, y su mala gestión (o incapacidad de imponerse en el Consejo de Ministros lo que desee ella) va a quedar oculta en el marasmo de la gran crisis que se avecina.
Por lo demás, salvo por la reducción del margen bruto y los costes de reestructuración comentados, toda la cuenta de pérdidas y ganancias se presenta muy estable. Eso sí, el mercado no lo ha premiado: las acciones bajaban un 1,1% al mediodía.
Todo lo fía a que su liquidez es alta: 9.590 millones al cierre del primer trimestre, frente a los 8.037 millones de hace un año
Sin embargo, la cosa es más preocupante si vemos que ese flujo libre de caja se ha aplicado básicamente a dividendos y autocartera, es decir, a los accionistas, con lo que a la compañía le han quedado finalmente unos exiguos 54 M€ de liquidez adicional frente a los 280 M€ que tenía en el primer trimestre de 2019. Dicho en román paladino: o Naturgy comienza a reducir la remuneración a sus accionistas o la compañía comenzará a pasar necesidades financieras.
Y parece que ha empezado a hacer movimientos al respecto, porque en la conferencia con analistas, Steven Fernández, jefe global de Mercados de Capitales de Naturgy, ha anunciado que el programa de recompra de acciones ha quedado suspendido temporalmente hasta tener una mayor visibilidad. Y es que "esta crisis es más que una crisis y las empresas nos tenemos que adaptar", ha subrayado el presidente y CEO, Francisco Reynés.
Todo lo fía el grupo a que su liquidez es alta: 9.590 M€ al cierre del primer trimestre de 2020, frente a 8.037 M€ en igual cierre de 2019. Pero es que claro, en ambos casos, el grupo suma disponibles de 5.400 M€, que de llegar a utilizar incrementarían su endeudamiento por encima de los 20.000 M€, frente a los 15.000 M€.
Las cifras de balance, como las de resultados salvo por lo ya comentado, son muy estables, como corresponde a una compañía de suministros. En cualquier caso, insistimos: los resultados que se están publicando estos días nos cuentan el pasado, como siempre, pero no permiten pronosticar absolutamente nada del inmediato futuro, como nunca. Partimos de cero.