Ana Botín afronta una Junta de Accionistas fundamental
Santander ha presentado sus resultados de 2018 este miércoles y los ha calificado de excelentes, porque el beneficio atribuido al grupo ha ascendido a 7.810 millones de euros, un 18% más que en 2017. Sin embargo, no nos lo parece, ni mucho menos. Como consecuencia de lo anterior, la rentabilidad, tanto de los activos como de los recursos propios (que es lo que importa al accionista) lo ha hecho de manera muy notable. Así, la primera ha pasado del 1,20% al 1,55%, mientras que la segunda lo ha hecho del 10% al 11,7%.
Ninguno de los márgenes ha crecido y sólo la reducción de las provisiones distintas de las necesarias para cubrir las insolvencias, que han caído en un 29%, permiten que al final el beneficio antes de impuestos suba un 9%, y que la caída de la factura fiscal mejore el resultado final. Cualquier repunte de la morosidad con un margen de intereses y bruto fijo, y estrecho, junto con unos gastos generales que se han reducido muy poco (-1%), reducirán fuertemente las ganancias del Banco Santander. Tampoco se ha visto una contención de los costes de transformación del pasivo a pesar de la fuerte apuesta por la digitalización de la que presume el banco en su presentación.
Sin embargo, sí hay cosas que mejoran: la solvencia y la calidad de los activos.
Por áreas geográficas, España ha crecido en un 28%, lo que podría ser un indicador de que la economía nacional está mejorando rápidamente
El ratio de mora ha descendido del 4,08% al 3,73%, que es una reducción importante, y la tasa de cobertura de los créditos dañados (la parte que se ha dado por perdida) ha aumentado hasta el 67%, desde el 65%. El ratio de capital (CET 1 fully loaded) ha incrementado mucho, desde el 10,84% al 11,30%, lo que supone un incremento más que notable de la solvencia.
Por áreas geográficas la cosa es variopinta. El de España, que apenas representa el 5,5% del total, ha crecido en un 28%, lo que no está nada mal y podría ser un indicador de que la economía nacional está mejorando rápidamente. Sin embargo, en España se obtiene una rentabilidad de los activos de sólo un 1,32% frente a una media del 1,55% en el grupo. La peor, si no fuera por los Estados Unidos que, con un 1,04%, es el área geográfica, de las diez en que el banco divide su actividad, que aparece a la cola en este indicador. Pero España ya no es importante y aporta sólo el 17% del resultado, además de que la rentabilidad de sus recursos propios es del 11%, de nuevo inferior a la media.
Reino Unido reduce sus beneficios en 2018 en un 8%. Está claro que por rentabilidades y resultados, Brasil y México son actualmente las joyas de la corona. Sus beneficios han crecido un 22% y un 14% respectivamente, y la rentabilidad de sus activos es altísima: 3,70% en el caso de Brasil y 3,77% en el de México, y unas rentabilidades de los recursos propios del 20% en ambos casos.
Brasil y México, las joyas de la corona. Sus beneficios han crecido un 22% y un 14% respectivamente
Con este panorama, el banco que es Euroamericano, 52% del resultado lo obtiene de Europa y el 48% de América, se centrará más en el futuro en el otro lado del Atlántico. No cabe duda de que la amenaza de abandonar España siempre estará presente, sobre todo en una multinacional en la que la localización de su actividad puede terminar respondiendo a los intereses fiscales de sus accionistas, que no pueden estar muy contentos con el trato de nuestras autoridades. Éstas, en su cortedad de miras, siempre pensarán que lo relevante es exprimir lo más posible a la vaca, antes que en atraer a muchos ganaderos para que pasten en nuestros campos más reses.
En cualquier caso, el mercado, esta mañana del miércoles, ha acogido al principio bastante bien los resultados: +18% y una presentación que habla de resultados excelentes. Según ha ido avanzando la misma, ya no ha visto dichos resultados con tan buenos ojos: mucha estrechez. A media mañana ya caía más de un 2%.