La vicepresidente Ribera se está luciendo con sus últimas medidas, ente ellas, la factura de la luz
La vicepresidenta cuarta y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, no hace otra cosa que lucirse últimamente con lo que considera proyectos estrella. Y es que en Bruselas no gusta el recorte a nucleares, hidráulicas y eólicas,… mientras crecen las peticiones para bajar impuestos ante el caos de la nueva factura eléctrica.
La número dos de Ribera, la secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen, se reunió con la directora general de Energía de la Comisión Europea, Ditta Juul Jorgensen, durante sólo media hora, según El Economista. Aagesen fue la que recibió el tironcillo de orejas de Bruselas, pues cree que recortar la sobrerretribución de CO2 es una intervención del mercado y que otros países europeos podrían hacer lo mismo provocando que los inversores se retraigan.
Bruselas considera que recortar la sobrerretribución de CO2 es una intervención del mercado y que otros países europeos podrían hacer lo mismo provocando que los inversores se retraigan
Paralelamente, crecen las peticiones para bajar los impuestos de la factura de la luz y así abaratarla. Sorprendentemente, la última ha sido la liberal Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que ha reclamado una reducción del tipo del IVA de la luz desde el 21% actual al 10%, así como la eliminación del impuesto a la generación eléctrica (el cual es del 7%). Dos medidas con las que calcula que la factura podría rebajarse un 14%. Además, reclama “una revisión urgente” del sistema de precios mayoristas, pues considera que ayudaría a reducir el precio de la energía.
Pero ya nos tememos la respuesta del Gobierno, porque en concepto de IVA, Impuesto Especial a la Electricidad y tasa municipal (se incluye en los peajes), el Estado y otras administraciones ingresan cerca de 8.000 millones de euros anuales. Como se ha visto estos días por las redes sociales, el 60% de la factura de la luz son impuestos y costes regulados (donde entran los denominados peajes), y España tiene un IVA muy superior al de otros países europeos: un tipo del 21%, frente al 18% de media comunitaria, al 10% de Italia, al 6% de Portugal (en su parte fija) o al 5,5% de Francia (en la parte fija, mientras en la variable es del 20%). Puede que el Gobierno considere que no puede bajar el tipo al 10% y más cuando Bruselas le ha advertido que ya hace un uso abusivo del tipo reducido y del superreducido (4%), pero quizás puede plantearse un nuevo tipo intermedio.
El tipo del IVA de la luz en España es del 21%, frente al 18% de media comunitaria, al 10% de Italia, al 6% de Portugal o al 5,5% de Francia
El Impuesto Especial a la Electricidad tiene un tipo del 5,11% y se aplica sobre el término de potencia y energía de las facturas. Por su parte, el impuesto a la generación eléctrica tiene un gravamen del 7% y fue creado en 2012 por el PP para hacer frente al elevadísimo déficit de tarifa. Al poco de llegar a La Moncloa, el Gobierno Sánchez decidió suspenderlo durante seis meses (entre septiembre de 2018 y marzo de 2019), se trata de un tributo que se cobra a todas las instalaciones que generan electricidad sobre sus ingresos y supone unos ingresos de 1.500 millones anuales.
Con el recorte de la sobrerretribución de CO2 que Ribera pretende aplicar a nucleares, hidráulicas y eólicas anteriores a 2005, les quitará unos 1.000 millones. Eso sí, al mismo tiempo, en las subastas de derechos de emisión de CO2 que coordina Europa a España le corresponden 50 millones de toneladas, por lo que las arcas podrían ingresar unos 2.200 millones.
Con las subastas de derechos de emisión de CO2, las arcas españolas ingresarán unos 2.200 millones este año
Paralelamente, la vicepresidenta Ribera sigue defendiendo la nueva factura eléctrica, aunque ya han crecido los críticos incluso en las filas del Gobierno: los ministros Alberto Garzón e Ione Belarra han pedido que se adelante la hora valle a las 22 horas. Y el pasado miércoles, lo hizo con cierta soberbia en la sesión de control al Gobierno: “según la CNMC (donde paradójicamente es consejero su marido, Mariano Bacigalupo), se benefician todos los consumidores, en particular si desplazan sus consumos a tramos con menos congestión horaria”. ¡Vaya cara más dura! Y por si esto fuera poco, Ribera respondió al diputado del PP Guillermo Mariscal, que se beneficiaran “frente a una factura en la que todo el mundo pagaba lo mismo con independencia de lo que consumiera, que fue una decisión del señor Nadal” (en alusión a Álvaro Nadal, que fue ministro de Energía en el Gobierno Rajoy, tras relevar a José Manuel Soria). Además, añade que “se beneficiarán todos conforme vayamos consolidando esa propuesta de energías renovables, baratas, asequibles y predecibles”. Ojo, porque las renovables no son baratas, adjetivo que sí se ajusta a las nucleares.
Unas afirmaciones que llegaron horas antes de que se conociera que la Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha advertido al Gobierno que debería vigilar la situación financiera de las nucleares para evitar su cierre imprevisto antes de lo acordado. Asimismo, considera que Sánchez y compañía deberían revisar la fiscalidad sobre la electricidad, en línea con la petición de PP, Vox y Cs. ¿Las razones? Para evitar cargos excesivos e impactos distorsionadores respecto al consumo de gas e hidrocarburos para promocionar la electrificación de la economías.