Markus Krebber, consejero delegado de RWE, puede estar satisfecho con el desempeño semestral, pero debe vigilar la deuda y el apalancamiento
RWE no se apaga por el Covid, pues ha tenido un beneficio neto de 1.010 millones de euros en el primer semestre, un 21,7% superior al de hace un año. Una buena noticia que le permite mantener el dividendo y salir de compras de nuevos parques eólicos y fotovoltaicos.
Recuerden que a primeros de agosto RWE anunció la compra de 2,7 GW (gigavatios) a Nordex (fabricante de aerogeneradores que tiene como principal accionista a Acciona -36,4%-, aunque manda la familia alemana Quandt) en parques de Francia, España, Suecia y Polonia. Ademas, a final de año, quiere adquirir nuevos parques por 1,3 GW, aunque algunos encargos podrían tener retrasos por el coronavirus, sobre todo, en EEUU. Y tiene dinero: le ha salido bien la venta de Innogy (compañía de renovables y redes) a E.On y el flujo libre de caja ha pasado de 1.647 millones negativos a 248 millones posivos.
Hace unos días, anunció la compra de 2,7 GW a Nordex (fabricante de aerogeneradores que tiene como principal accionista a Acciona) en parques de Francia, España, Suecia y Polonia
La segunda productora de electricidad de Alemania, tras E.On, ha mantenido su facturación estable en el primer semestre, la cual se ha situado en 6.475 millones (+0,5%). Eso sí, ha aumentado significativamente su deuda neta hasta 7.785 millones (+12,4%), aunque es cinco veces más pequeña que la de su rival.
RWE quiere desprenderse del segmento de carbón y energía atómica y habrá cerrado dos terceras partes de su capacidad de generación con lignito para 2030. Esto último supondrá reducir más de 3.000 empleos hasta finales de 2022, de los más de 6.000 totales que prevé recortar hasta 2030.