De izquierda a derecha: Josep Oliu (Sabadell), José Ignacio Goirigolzarri (Bankia), Carlos Torres (BBVA), Ana Botín (Santander) y Jordi Gual (Caixabank)
Decíamos ayer que ha llegado la hora de la verdad para Josep Oliu. Mal momento porque en tiempo de tribulación no convine hacer mudanzas y resulta que Sabadell ha perdido el 40% de su capitalización bursátil durante 2018.
Eso sí, el año ha sido malo para todos. Bankia, más pendiente de la cotización que ninguna por aquello de su camino lógico hacia la privatización, perdió un 36% de su valor mientras Francisco González (FG) abandona la presidencia del BBVA con un descenso de 34%. Menos perdieron Santander, un 28% y Caixabank, el 19%. Pero perdieron.
Santander perdió un 28% de su valor por un 19 Caixabank: annus horribilis
En cualquier caso, un considerable desastre para todo el sector bancario. Para 2019, dos focos de atención principal: el Sabadell, que probablemente decida el futuro de las fusiones en el sector, Bankia, cuyo presidente José Ignacio Goirigolzarri, intentará una fusión con el BBVA, y el recién estrenado Carlos Torres como presidente del BBVA, a quien FG deja una herencia ligeramente envenenada.
Pero ojo, en los mercados ninguno puede sacar pecho. Por ejemplo, Ana Botín ha visto como el Santander perdía un 28% de su valor. De los cinco grandes, el menos malo ha sido Caixabank, pero tampoco es para tirar cohetes: perdió el 19% de su valor.
Se ha convertido en un común decir que hemos salido de la crisis, pero doña Bolsa no se ha dado por enterada.