La salida de Siria de las tropas norteamericanas, ordenada por Donald Trump, ha desencadenado una situación muy peligrosa en la zona. El turco Recep Tayyip Erdogan, demócrata compulsivo, ha visto el cielo abierto para atacar a los kurdos, aliados del presidente sirio, Bashar al-Asad, en su lucha contra los terroristas del Estado Islámico.

Ante la ofensiva turca, Al-Asad ha llegado a un acuerdo con los kurdos y ha ordenado este lunes a sus tropas que avancen hacia el norte del país, hasta la frontera con Turquía.

La incógnita es la posición de Rusia. Vladimir Putin siempre ha apoyado a Al-Asad para luchar contra los yihadistas del Estado Islámico EI o Saesh o Isis, pero también tiene acuerdos con Erdogan. “Desde el inicio de esta operación, Rusia señaló que eran inaceptables los actos que obstaculizaran el proceso hacia una solución política del problema sirio (…) Nuestra posición no ha cambiado un ápice”, ha señalado el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. ¿Choques armados con Turquía? “Ni siquiera quisiéramos pensar en tal opción”, ha afirmado.

Mientras tanto, Angela Merkel y ‘Lolito’ Macron han respondido a la amenaza de Erdogan de soltar a los refugiados para que ‘invadan’ Europa. “Esta ofensiva implica un riesgo de crear situaciones humanitarias insostenibles y, de otro lado, de ayudar a Daesh a reemerger en la región”, le ha dicho Merkel a Erdogan, según el presidente francés. Macron le ha trasladado el mismo mensaje a Trump.

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