Sánchez, Illa y Simón
Compararse con otros países no sirve de nada, vino a decir el martes 2 el doctor Fernando Simón, espejo público de la gestión del Gobierno Sánchez con el coronavirus y que ha pasado de dramático a patético a lo largo de casi tres meses de comparecencias casi diarias. De héroe a ridículo y con sospechas de villano.
Hombre, las comparaciones son odiosas pero sí que sirven, doctor simón. Sirven, por ejemplo, para saber qué método ha sido más eficaz según cada país.
Eso sí, Marlaska se ha visto obligado a paralizar su campaña de censura ante el escándalo Pérez de los Cobos. Pero no dimite
Porque el jefe de Simón, el ministro Salvador Illa, sigue diciendo que está orgulloso de que nuestro confinamiento haya sido “el más drástico de Europa”. Pues ya vemos para qué ha servido: si comparamos, que es lo que usted no hace jamás, doctor, contagiados y fallecidos por millón habitantes entre los países confinados, sobre todo lo de nuestro entorno, los de mayor tránsito (ver cuadro), resulta que España, el arresto domiciliario “más drástico de Europa”, tiene más infectados y más muertos que nadie (y más sanitarios contagiados). En otras palabras, que el confinamiento duro no funciona.
La segunda gran mentira es más prosaica y, por fin, los medios han reparado en ella: el gobierno socio-podemita ha reducido el número de muertos porque sí, hasta el punto que los muertos del Instituto Carlos III (del Ministerio de Ciencia) hablan de 43.000 (los mismos que el cómputo de pensiones o el cómputo de las funerarias o el cómputo d algunas autonomías) mientras el doctor Simón sigue hablando de 27.000 fallecidos por coronavirus.
El sofisma de Simón. Ahora que el virus declina asegura que las comparaciones no sirven para nada
Y la tercera mentira de la estafa socialista en la gestión del coronavirus es que, como consecuencia de las dos mentiras precedentes el arresto domiciliario masivo es lo que ha vencido al virus. ¡Venga ya! Al Covid-19 le han vencido tres elementos. A saber:
1.Que el coronavirus ha decaído por sí mismo, como decayeron sus hermanos mayores de 2003 y 2009.
2.Que nuestro organismo está venciendo al virus con los distintos tipos de inmunidades (no sólo la humoral sino también la celular). Como siempre y con todos los virus.
3.Que el calor ha desanimado su mortalidad.
La tragedia del coronavirus se ha convertido en España en la gran, grandísima, estafa de Pedro Sánchez. Entonces, ¿para qué ha servido el confinamiento “más drástico de Europa”? Para que España sea el país que con más muertos y, atención, para reforzar el poder de Sánchez.
Eso sí, el ministro Grande-Marlaska, uno de nuestros peores ciudadanos, se ha visto obligado a paralizar su campaña de censura ante el escándalo Pérez de los Cobos. Pero no dimite. Se trataba de meter entre rejas o recluir al silencio a todo aquel que no acepte los postulados de la ideología de género, Todo ello con la arma jurídica de los delitos de odio y con la extensión de la panoplia habitual de victimismos de la progresía moderna: mujeres y LGTB, principalmente.
En cualquier caso, en España, el coronavirus, sufrido como en ningún otro país de nuestro entorno, ha resultado una grandísima estafa de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.