Los planes de Xi Jinping en lo que respecta al sector energético europeo se han ido al traste, por ahora
Tras el fracaso de la OPA de la estatal china Tres Gargantas sobre la energética portuguesa EDP, al menos por el momento, Europa se ha unido contra el gigante oriental. De hecho, el eje franco-alemán impulsa en Bruselas, concretamente en el Consejo Europeo, un mecanismo proteccionista para las empresas estratégicas de los Estados miembros de la Unión Europea.
Pero como en palacio, el tema va despacio. De hecho, no se esperan decisiones a corto plazo por las elecciones europeas que tendrán lugar el día 26 de este mes.
Hace poco más de una semana, los accionistas de EDP provocaron el fracaso de la OPA de Tres Gargantas al no lograr la mayoría necesaria (dos tercios) para suprimir el actual límite de los derechos de voto, circunscritos al 25%. El fondo estadounidense Elliot había pedido que votaran sobre este asunto, que para China era una de las condiciones de su oferta y no estaba dispuesta a retirarse. Por poco, pero los chinos perdieron y la OPA se anuló.
La tercera directiva europea de electricidad y gas establece que un mismo accionista no puede ser dueño de las actividades de generación, transporte y distribución
Una operación sobre la que habían advertido Bruselas y Washington, pero como al final se ha ido al traste (por ahora) no han tenido que intervenir. Asimismo, conviene recordar que hay algunas normas que permiten cierto control de algunas empresas estratégicas, como la tercera directiva europea de electricidad y gas: establece que un mismo accionista no puede ser dueño de las actividades de generación, transporte y distribución. Y como saben, China Three Gorges (CTG) es dueño del 23,27% de EDP, que se dedica a la generación y distribución de electricidad y gas, y State Grid Corporation of China posee el 25% de Rede Eléctrica Nacional (REN), cuya tarea es transportar la energía. Por tanto, China concentraría la generación, el transporte y la distribución de la electricidad y el gas portugueses.
Bruselas quizá podría inspirarse en Alemania para su nuevo mecanismo proteccionista. Desde principios de año, el Gobierno de Angela Merkel puede intervenir y frenar la entrada de capital extranjero en una firma germana cuando sea igual o mayor al 10% del accionariado.
Alemania puede frenar la entrada de capital extranjero cuando sea igual o mayor al 10% y España tiene un pequeño mecanismo de control para establecer condiciones
España también respira con el fracaso de la OPA de Tres Gargantas sobre EDP. Si los chinos entraban en EDP, también lo hacían en EDP Renovables (filial de la antigua Hidroeléctrica del Cantábrico), que tiene su sede en Oviedo (Asturias). Eso sí, no hay que olvidar la disposición adicional novena de la Ley 3/2013 supone un pequeño mecanismo de control sobre las inversiones extranjeras en empresas estratégicas: el Ministerio del ramo debe ser informado sobre la toma de participaciones en sociedades con actividades reguladas o en activos estratégicos del sector energético. Además, en el caso de que la operación venga de Estados no miembros de la UE o del Espacio Económico Europeo (EEE), si España considera que hay una amenaza real y suficientemente grave para el suministro de electricidad, gas e hidrocarburos, podrá establecer condiciones, que respetarán el principio de proporcionalidad y de protección del interés general. Pero no nos engañemos, ser advertido y poder alegar razones para impedir una entrada hostil, no supone poder de veto.