Juan Carlos Escotet prosigue con su estrategia de crecimiento inorgánico, esta vez con el ojo puesto en Targobank
La subida de tipos ha reactivado el negocio de banca minorista y ha despertado el interés de grupos extranjeros por el mercado español, especialmente de chinos y moros que ven en nuestro país, además, la puerta para entrar en Europa. El Banco de España, sin embargo, no está por la labor y, como adelantamos en Hispanidad, ha rechazado las numerosas ofertas de estos grupos financieros por la red de Targobank.
Así las cosas, el que ha salido beneficiado ha sido Abanca, que ahora ultima la adquisición del que en su día nació como una joint venture entre Crédit Mutuel y el Popular y que el banco francés adquirió al cien por cien en 2017, según Cinco Días. Y es que Crédit Mutuel, bajo la dirección de Nicolas Théry, decidió este año poner a la venta la filial española.
Hablamos de algo menos de 70 oficinas y unos 500 empleados ubicados principalmente en Madrid, Comunidad Valenciana y Baleares. Y de unas pérdidas que, aunque mejoran cada año, siguen siendo pérdidas: en 2020 alcanzaron los 42,5 millones de euros, en 2021 se redujeron a 16,8 millones y en el primer semestre de este ejercicio fueron de 4,2 millones, según las cuentas publicadas por el Banco de España.
En cualquier caso, si se cierra la operación, será la séptima adquisición de Abanca, tras las de Banco Echeverría (2014), Popular Servicios Financieros (2017) -antigua división de consumo del Pastor-, Deutsche Bank Portugal (2018), Banco Caixa Geral (2019), Bankoa (2021) y Novo Banco España (2021). Escotet; ¿de dónde sacas pa' tanto como destacas?
Sea como fuere, la clave del éxito de Juan Carlos Escotet, dueño y presidente de Abanca, fue la adquisición de Novagalicia Banco al Frob, a finales de 2013, por 1003 millones de euros que pagó en cómodos plazos con dinero… de la propia entidad. Además, la suya no fue la mejor oferta, pero sí contó con el inestimable apoyo de un tal Alberto Núñez Feijóo, entonces presidente de Galicia, que se opuso a Luis de Guindos, más partidario de que NCG terminara en manos de Caixabank. Al final, Escotet compró por 1.003 millones lo que a los españoles les había costado 9.000.
Al margen de esto, lo cierto es que Abanca tampoco está como para tirar cohetes, según los resultados de los nueve primeros meses del año, en los que ganó 148,8 millones de euros, un 3,3% más que en 2021, pero no por el avance del negocio, sino gracias a un importante descenso de provisiones.
Y lo que sí parece claro es que la aventura del gigante Credit Mutuel en España y su banco-ONG toca a su fin.