El CEO de la compañía, Bernardo Velázquez, tiene órdenes de hacer rentable la planta, hasta las últimas consecuencias / Foto: Pablo Moreno
Nuevo giro en la situación de la fábrica que Acerinox tiene en el Campo de Gibraltar, Palmones (Los Barrios, Cádiz). Recordemos que la planta está parada desde el 5 de febrero por una huelga indefinida. El motivo: la oposición a los ERTE anunciados por la compañía, además de la exigencia de un aumento salarial.
Cuidado, porque, como adelantara Hispanidad, la opción de cierre definitivo de la planta no ha sido descartada, como ya adelantara Hispanidad, dado su actual estado de pérdidas. La empresa, que tiene como principal accionista a Corporación Financiera Alba, vehículo inversor de la familia mallorquina March, con un 19%. El empresario Daniel Bravo mantiene su 5%; Industrial Development Corporation (IDC), que depende del fondo soberano de Sudáfrica, conserva su 3%, y el fondo estadounidense Millennium Group Management (1,965%), ha informado en un comunicado sobre un incendio que se ha provocado en el Centro de Papel de la planta, las llamas fueron detectadas por Acerinox y pudieron ser sofocadas, "evitando con ello graves perjuicios para el patrimonio de la compañía".
Acerinox aprovecha la misiva para denunciar que, "de forma simultánea", el comité de huelga "ha impedido" la entrada de los servicios mínimos del turno de mañana a la fábrica. Además, ha añadido que "adicionalmente y sin preavisos, ni permisos administrativos, en un nuevo acto de violencia, un grupo de huelguistas ha bloqueado la Autovía A-7 durante unas seis horas, impidiendo el paso a miles de conductores durante toda la mañana".
Por todo lo expuesto, el gigante siderúrgico ha denunciado tanto los "actos de violencia contra sus bienes y los perjuicios provocados contra la ciudadanía, que se ve afectada por el vandalismo de los cortes de carretera, como el incumplimiento de los deberes de diligencia del comité de huelga, al no respetar ni procurar el cumplimiento de los servicios mínimos".
Por lo que han decidido cursar las denuncias necesarias ante la Guardia Civil, una de ellas contra el el comité de huelga "por sus incumplimientos al evitar que los servicios mínimos pudiesen entrar en la fábrica, incrementando los riesgos de sabotaje y los riesgos de daños en las instalaciones". Asimismo, ha anunciado que se llevarán a cabo los expedientes a cada uno de los miembros del comité de huelga que han impedido la entrada de los servicios mínimos.
Acerinox sostiene que estos hechos pueden suponer la "ruptura de los pactos alcanzados en sede de CARL en fecha 15 de marzo sobre la forma en que iba a procederse en las negociaciones". Y han comunicado, como ya adelantamos en Hispanidad, que están planteando el cierre patronal de la planta.
La fábrica es un saco de pérdidas y es un lastre para Acerinox porque en España montar una fábrica es misión imposible: costes laborales, hiperregulación y normativa titánica. Acerinox ve su futuro en Estados Unidos y las órdenes al consejero delegado, Bernardo Velázquez, han sido claras: hay que reducir costes y hacer la fábrica rentable y si hay que llegar hasta el final con el cierre, habrá que hacerlo.