El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado "un nuevo acuerdo de la Mesa de Diálogo Social de Seguridad Social y Pensiones. Los asuntos que venía trabajando los últimos meses tienen que ver con materias tan importantes como un nuevo marco de jubilación parcial y de jubilación activa; el desarrollo de lo pactado en el Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) en relación con la implicación de las Mutuas colaboradoras de la Seguridad Social en la Incapacidad Temporal (IT); o el procedimiento para establecer coeficientes reductores de la edad de jubilación para ocupaciones especialmente penosas o peligrosas", anuncia el Ministerio de Seguridad Social.

"El acuerdo ha sido suscrito por el Gobierno, las organizaciones patronales CEOE y CEPYME y las sindicales CCOO y UGT": resumiendo, otro acuerdo histórico del Gobierno histórico. 

La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, lo ha celebrado y ha reivindicado al "Gobierno de los acuerdos y el diálogo social", ya que desde que arrancó la "coalición progresista" han alcanzado 21 pactos con los agentes sociales.

Si miramos el acuerdo vemos en lo que consiste realmente: el Gobierno, el más progresista de la historia, quiere seguir subiendo las pensiones, eso da votos, y queda muy bien lo de revalorizarlas según el IPC, pero claro, ¿quién paga la fiesta? Pues hasta ahora, y seguirá así, se aumentarán más y más las cotizaciones a la seguridad social, pero como ni con esas cubrimos el gasto descontrolado, además de aumentar los ingresos, tienen que recortar el gasto, pero sin que se note, porque eso quita votos. 

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Y es que las medidas a las que han dado más bombo son tres. En palabras del presidente, el acuerdo está para mejorar la compatibilidad de la pensión con el trabajo para "garantizar el tránsito hacia una jubilación flexible y adaptada a cada una de las personas". Además, permitirá aprovechar mejor los recursos de las mutuas y regulará el acceso a la jubilación de las profesiones "especialmente duras, peligrosas y expuestas a riesgos".

Empezando por el final, está muy bien la jubilación anticipada para los trabajadores de profesiones duras, peligrosas o expuestas a riesgos, pero la pregunta era obvia, ¿quién va a certificar y regular el acceso? Porque con el absentismo en máximos, lo del comité médico que certifique y examine la entrada en la baja o la jubilación da, cuanto menos, para alguna que otra carcajada. 

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Seguimos con el aprovechamiento de las mutuas: “Las mutuas forman parte del sistema público y con este nuevo marco aprovechamos mejor sus recursos con el fin de recuperar la salud de los trabajadores, garantizar una atención más especializada y menos esperas en los tratamientos, y descongestionar el sistema público de salud”, ha afirmado la ministra. Así, el servicio público de salud podrá solicitar a las mutuas la realización de las pruebas o los tratamientos de rehabilitación que consideren oportunos, siempre que los tiempos de espera en la sanidad pública sean demasiado largos y en función del tipo de dolencia. Es decir, la temida y criticada por la izquierda 'privatización de la sanidad pública', llega a España, por parte de la izquierda. 

Y la joya de la corona, esa "flexibilización" de la jubilación, que no es más que retrasar la edad de jubilación. Algo que el Gobierno siempre ha achacado a un deseo de la derecha, pero que ahora es la Ejecutiva progresista la que lo ejecuta. Los porcentajes de la pensión que se podrán recibir mientras se continúa trabajando serán: un 45% de la pensión con un año de demora, un 55% con dos años de demora, un 65% con tres años de demora, un 80% con cuatro años de demora y el 100% con cinco años de demora.

Por supuesto, y ni lo duden, el Gobierno toma esta medida porque nos quiere como ciudadanos libres y que podamos decidir seguir trabajando si queremos. Nada tiene que ver con que el sistema esté quebrado y no se atrevan a retrasar la edad de jubilación, que es lo que saben que tienen que hacer.