Decíamos en Hispanidad que Adidas no está en forma: acumulaba una depreciación bursátil del 49% en el último año y su CEO, Kasper Rorsted, se marcharía en 2023. La cosa no ha mejorado para el fabricante alemán de ropa y calzado deportivo al cierre de los nueve primeros meses del año, pero el tema de su CEO se ha resuelto. 

Así, Adidas obtuvo hasta septiembre un beneficio neto atribuido de 1.124 millones de euros, un 41,3% menos que un año antes, según ha informado la compañía. Pero la facturación mejoró en el mismo periodo, un 7,5% más, hasta los 17.306 millones de euros, mientras que el beneficio operativo cayó un 27,5%, hasta los 1.393 millones de euros. Por otro lado, el margen de rentabilidad operativa sobre las ventas disminuyó el 8%, tras el aumento de los gastos operativos.

La compañía justifica los resultados por los problemas en China, la caída en mercados occidentales y los costes extraordinarios: "El entorno de mercado cambió a comienzos de septiembre en la medida que la demanda en mercados occidentales cayó" y empeoró la situación en China, por lo que aumentaron los inventarios y se verán obligados a aplicar mayores descuentos para poder vender los productos, algo que perjudica los beneficios, dijo el director Financiero de Adidas, Harm Ohlmeyer

Otro lastre para la compañía fue la interrupción de las actividades en Rusia, donde redujo los ingresos más de 100 millones de euros en el tercer trimestre. 

Pero Ohlmeyer se mostró optimista por el próximo Mundial de fútbol: cuenta con un impulso de 400 millones de dólares de ventas en camisetas y botas gracias al Mundial de Catar. Aunque revisan a la baja sus pronósticos de facturación y margen de rentabilidad operativa para 2022 por otro impacto negativo, la interrupción de su colaboración con el rapero estadounidense Kanye West, por el que calculan un impacto negativo de 250 millones de euros en el beneficio neto de la compañía este año. Los productos de Kanye West se vendían bajo la marca "Yeezy", y suelen experimentar un pico de ventas a finales de año, pero al interrumpirse sus ventas la facturación caerá en el cuarto trimestre. Adidas decidió terminar su colaboración con West por unas declaraciones supuestamente antisemitas: el rapero les acusó de “lucrarse a su costa”, y es que la colección de West se calcula que suponía entre un 7 y un 12% de la facturación total de calzado, las zapatillas son de las más codiciadas y caras, llegando a costar entre 200 y 700 dólares. 

Y como hemos dicho más arriba, el tema de su CEO queda resuelto, aunque también rodeado de polémica, el próximo consejero delegado de la multinacional a partir del 1 de enero de 2023 será Bjorn Gulden, máximo ejecutivo de su rival aleman Puma desde 2013. Es decir, le roba el CEO a la competencia. Aunque no es la primera vez que Gulden, de 57 años, está en Adidas, ya que entre 1992 y 1999 ocupó la vicepresidencia del área de ropa y accesorios.

"Bjorn Gulden aporta casi 30 años de experiencia en la industria del calzado y artículos deportivos", ha destacado Thomas Rabe, presidente del consejo de supervisión de Adidas, y aprovechó para recordar que Gulden ya fue parte de Adidas, durante siete años en la década de 1990 y destacando que "como consejero delegado de Puma, revitalizó la marca y llevó a la empresa a resultados récord".

"Todavía tengo mucha energía y quiero continuar al menos de 5 a 10 años más en un puesto operativo, lo que creo que habría sido demasiado para Puma", explicó Gulden. 

Y ojo, porque Puma y Adidas son más que competencia, las dos tienen origen en la localidad bávara de Herzogenaurach, donde los hermanos Adolf y Rudolf Dassler iniciaron su andadura en el negocio del calzado deportivo en los años 20. Tras diferencias entre ambos, surgieron dos firmas, Adidas, dirigida por Adolf Dassler, y Puma, liderada por Rudolf Dassler.