
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha vuelto a advertir al Gobierno, y ahora, en especial, a la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Sara Aagesen. Y es que ha referido que el cierre nuclear en España elevará la dependencia del gas, que como saben ¡sí emite CO2! Mientras que la nuclear genera electricidad ¡sin emitir CO2!
Esta organización internacional, creada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) tras la crisis del petróleo de 1973, está dirigida por Fatih Birol y no es la primera vez que advierte a nuestro país sobre el cierre de sus nucleares. Por ejemplo, en junio de 2021, estando Teresa Ribera al frente de la cartera que ahora lidera Aagesen, la AIE avisó al Gobierno que debería vigilar la situación financiera de las nucleares para evitar su cierre imprevisto antes de lo acordado y al mismo tiempo, destacó el excelente funcionamiento de los siete reactores españoles y su importante aportación a futuro.
Ahora, en su informe anual sobre el mercado global de la electricidad, la AIE prevé un aumento de la demanda de electricidad y también ha analizado la actualización Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 que se hizo el año pasado. La organización que dirige Birol ha señalado que en dicha actualización se recoge que en España la supuesta demanda de electricidad crecerá un 35% respecto a 2019 y que se prevé que las energías renovables cubran el 81% de la demanda. Asimismo, se ha referido que el cierre de la nuclear “se mantiene sin cambios” y que en el PNIEC se incluye el adiós de cuatro de los siete reactores que están operativos actualmente en nuestro país (Almaraz I en 2027, Almaraz II en 2028, y Ascó I y Cofrentes en 2030). Eso sí, se ha subrayado que “a menos que haya un repunte del almacenamiento, la dependencia del sistema eléctrico de la energía de los ciclos combinados de gas aumentará, lo que ha renovado el debate en torno a los mecanismos de capacidad”.
Al mismo tiempo, la AIE ha destacado que las centrales nucleares aportan una electricidad de base estable, ya que no presentan los altibajos de las renovables, que necesitan un pilotaje más delicado para poder responder a la demanda. Eso sí, ha considerado que los ciclos de gas se pueden encender y apagar rápidamente en función de la demanda y permiten adaptarse rápidamente cuando las capacidades de almacenamiento o las interconexiones son insuficientes para responder con un sistema eléctrico en el que cada vez tienen más peso las renovables.
En el entretanto, Aagesen insiste en cerrar las nucleares españolas. De hecho, en la Conferencia Sectorial de Energía (a la que acuden los consejeros autonómicos de la rama) que se celebró el jueves 13, Aagesen subrayó que el calendario de cierre fue acordado por las empresas en 2019 y que ninguna de las empresas titulares de las centrales (o sea, Iberdrola, Endesa, Naturgy y EDP) ha solicitado su modificación. Pero ojo, porque la vicepresidenta tercera olvida dos aspectos importantes, sólo destaca lo que le interesa y miente incluso más que Ribera:
- La intrahistoria del acuerdo de 2019 es esta: en el Gobierno estaban PSOE y Podemos; el primero apostaba por un cierre al final del periodo de licencia de cada central, mientras el segundo quería parar inmediatamente. Ante esto, Enresa subrayó que en este último caso no habría dinero para el desmantelamiento porque por ley las centrales dejarían de pagar... y se crearía un agujero para los ciudadanos de miles de millones. Las propietarias de las centrales aceptaron seguir funcionando y no parar durante el tiempo firmado, así como un incremento máximo de la tasa Enresa del 20%, hasta el límite de 7,98 euros por megavatio-hora (MWh). Desde hace unos meses, “el acuerdo se ha incumplido”, refirió hace unas semanas Ignacio Araluce, presidente de Foro Nuclear (asociación que agrupa a la industria nuclear española), porque desde el pasado 1 de julio el Ministerio que entonces dirigía Ribera ha subido la tasa Enresa un 30%, a 10,36 euros/MWh. Eso sí, al menos, Ribera no la elevó un 40%, como había planeado en un principio.
- Iberdrola, Endesa, Naturgy y EDP no pedir la prórroga nuclear ante el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) como se hace habitualmente (organismo público que realiza un informe... que luego debe recibir el visto bueno del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico) porque hay una orden ministerial que lo impide en el caso de la central extremeña. Se trata de la orden TED/773/2020, del 23 de julio de 2020 del Ministerio que entonces lideraba Teresa Ribera y que otorgó la renovación de la autorización de explotación de Almaraz y fijaba como “definitivo” el cese de la misma el 1 de noviembre de 2027 para la Unidad I y el 31 de octubre de 2028 para la Unidad II. Como en dicha orden se hablaba del “definitivo” cese, las propietarias no pueden obtener una nueva prórroga... a no ser que se haga una modificación o se derogue esa orden.
Aagesen también ha mentido al afirmar, otra vez (ya lo hizo el 4 de febrero), que el Gobierno no ha modificado la imposición fiscal de las centrales. ¡Mentira! El día 4 quizá fue un poco más allá al decir que el Gobierno “no ha aumentado los impuestos a las nucleares”, pero es falso. Y una buena muestra de ello es lo que ha pasado con la tasa Enresa: Ribera la subió un 30% el pasado 1 de julio. Una asfixia fiscal que notan las centrales españolas y recientemente lo ha advertido la de Almaraz, la instalación que más aporta al sistema eléctrico nacional, que paga, además, 435 millones en impuestos. Se trata de la primera que quiere cerrar el Gobierno, pese a que “para la sociedad de esta zona de Extremadura sería un enorme problema que una central que genera 800 empleos directos y 3.000 si se suman los indirectos desaparezca”, como señaló su jefe de turno, Manuel Carreño, en su entrevista con Hispanidad. Además, hace unas semanas, Ignacio Araluce subrayó que “si se sacrifica Almaraz, el resto de centrales sufrirán por el llamado ‘efecto flota’”.
Y por cierto, cabe recordar que Aagesen no sólo estaba en el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico cuando se pactó el calendario progresivo de cierres de las nucleares en 2019, sino que ha participado en la elaboración de un PNIEC con objetivos imposibles de cumplir (algo que también ha advertido el sector eólico). En junio de 2018, con la llegada de Pedro Sánchez a Moncloa y de Teresa Ribera al Ministerio de Transición Ecológica, Aagesen dejó la Oficina del Cambio Climático al ser fichada como asesora del Departamento de Ribera para coordinar y definir el PNIEC, aunque la última palabra y el mando de verdad en el asunto recaía en Ribera. A mediados de enero de 2020, Aagesen ascendió a secretaria de Estado de Energía, como sustituta del cesado José Domínguez Abascal; y el pasado 25 de noviembre, relevó a Ribera (que se había hecho con una vicepresidencia europea) como vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
En el entretanto, cabe subrayar que Aagesen ha insistido en el cierre nuclear ante los consejeros autonómicos de Energía, a pesar de que el pasado miércoles 12, con los votos positivos de PP, Vox y UPN, así como las abstenciones de Junts y ERC, se aprobó una proposición no de ley del PP que pide extender la vida útil de las centrales y facilitar su sostenibilidad económica, frente a la asfixia fiscal que soportan. La plataforma ‘Sí a Almaraz, Sí al futuro’ solicitó al Gobierno que obedezca al Congreso y negocie la continuidad de la central nuclear.
Y ante la advertencia de la AIE, Foro Nuclear ha insistido en su postura de defender el parque nuclear español y más cuando todo el mundo está viviendo un renacimiento de esta energía. A mediados del pasado enero, al dar a conocer los datos provisionales de Red Eléctrica sobre la producción eléctrica de 2024, esta asociación subrayó que la nuclear supuso el 25,28% de la electricidad sin emisiones de CO2 generada en España, por lo que resulta estratégica en el proceso de descarbonización. “Por tanto, es complicado entender que en España se quiera prescindir de una de las fuentes de producción eléctrica que más emisiones evita”, consideró el presidente de Foro Nuclear, Ignacio Araluce.