Air France-KLM no ha empezado bien el año, sino con turbulencias, tanto en resultados como en bolsa, y en gran parte, se ha debido a las tensiones geopolíticas. Sus pérdidas en el primer trimestre han ascendido a 480 millones de euros, lo que supone 2,6 veces más que hace un año, a pesar de subir los ingresos un 5%.

El grupo aéreo franco-neerlandés ha recibido castigo bursátil por parte de los inversores ante estos resultados: la cotización baja un 3%. Ojo, de esta forma ya acumula una depreciación del 38% en el último año y del 27,6% desde el pasado 1 de enero. Al igual que sucedió cuando dio a conocer los resultados anuales de 2023, que sí que fueron buenos, continúa sin convencer a la bolsa.

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Los ingresos han crecido un 5,1%, a 6.654 millones, gracias al aumento de pasajeros (+6,2%, a 20,9 millones de personas), el incremento de los ingresos unitarios por viajero (+1%), la mayor oferta de plazas (+4,5%) y la mayor tasa de ocupación. Por su parte, el resultado bruto de explotación (ebitda) se ha situado en 176 millones, afectado por los mayores costes que han provocado las tensiones geopolíticas, las cuales han dado lugar a perturbaciones operativas y a menor facturación en el transporte de mercancías. Y el resultado neto ha vuelto a ser negativo, aunque bastante peor que el de hace un año, pasando de -183 millones a -480 millones.

“A pesar de un comienzo del año difícil”, el CEO, Benjamin Smith, ha destacado el crecimiento de pasajeros y la “robusta” demanda de pasajeros. Asimismo, espera “una temporada estival prometedora” por los Juegos Olímpicos y Paralímpicos que se celebrarán en París, de hecho, la aerolínea Air France ha presentado hace dos semanas una nueva campaña publicitaria para dar la bienvenida a este gran evento deportivo, y también confía en cumplir las previsiones anuales. Además, al grupo aéreo le sigue interesando la privatización de la aerolínea portuguesa TAP, según refirieron algunas fuentes a Preferente, y también le interesan algunas rutas que tengan que ceder Iberia y Air Europa para que Bruselas dé el visto bueno a su fusión.