Air France-KLM no recibe aplauso bursátil (su cotización baja más de un 3%), pese a reducir pérdidas un 37,6% en el primer trimestre, y elevar ingresos y resultado bruto de explotación (ebitda). Parece que al mercado, es decir, a los inversores no les gusta demasiado la posible financiación del fondo Apollo en una filial que es propietaria de activos de ingeniería y mantenimiento (denominada MRO).

El grupo aéreo, que está controlado por el Estado francés y el neerlandés (y agrupa a las aerolíneas Air France, KLM y la low cost Transavia, entre otras), ha reducido sus pérdidas un 37,6% entre enero y marzo, a 344 millones de euros, frente a las de 552 millones de hace un año, por la mayor demanda de viajes. El ebitda ha crecido un 29%, a 286 millones, y los ingresos han subido un 42,4%, a 6.329 millones, gracias a los aumentos de capacidad, ocupación y número de pasajeros (19,7 millones de viajeros).

Tras el despegue en 2022, el CEO del grupo aéreo franco-neerlandés, Benjamin Smith, ha subrayado el fuerte crecimiento de ingresos trimestrales y la sólida generación de tesorería. Air France-KLM ha reducido su deuda neta a 5.478 millones y también ha presumido de haber devuelto ya todas las ayudas en forma de préstamos y líneas de crédito que recibió del Estado francés y del neerlandés (y que incluyeron ampliación de capital). “Me complace que hayamos reembolsado todas las ayudas estatales, lo que nos libera de las restricciones asociadas y nos devuelve nuestra plena autonomía estratégica”, ha referido Smith. Además, el grupo ha anunciado que conversa con Apollo para una financiación de 500 millones en la filial ya citada y que las conversaciones con inversores potenciales siguen en curso.