En un contexto de persistencia de dificultades en el suministro de componentes, Boeing compra Spirit Aerosystems, su principal proveedor, mientras Airbus se hace con la parte de sus programas del A220 y el A350
Airbus recibe aplauso bursátil (su cotización sube más de un 2,8%) por parte de los inversores este primer día de julio al comprar parte del proveedor Spirit AeroSystems que adquirirá Boeing. En concreto, se hará con los paquetes de trabajo relacionados con el A220 y el A350, una noticia positiva, según los analistas del Banco Sabadell, y más tras el ‘aterrizaje’ vivido en el parqué la semana pasada al rebajar previsiones, por problemas... en la cadena de suministro.
El gigante aeronáutico europeo que dirige el francés Guillaume Faury recibe algo de consuelo en bolsa, al recibir una compensación de unos 520 millones de euros por parte de Spirit en la compra de los paquetes del A220 y el A350. De esta forma podrá asegurar la estabilidad de su cadena de suministro de forma más sostenible, de hecho, los analistas del Banco Sabadell han subrayado que permite dar estabilidad operativa a los suministro de dichos programas, en un contexto de persistencia de dificultades en el suministro de componentes. Esto último repercute en la producción de aviones y, por ende, en sus entregas... y la aerolínea emiratí Emirates acaba de posponer los vuelos del A350 precisamente por los retrasos en la entrega.
Por su parte, para Boeing, no hay aplauso en el parqué, donde su cotización acumula una depreciación del 27,70% este año y del 48,8% en el último lustro por los numerosos problemas que presenta y por los que se le puede considerar ‘El Pupas’: problemas de seguridad y dos accidentes con 346 muertos en 2018 y 2019, el batacazo del Covid-19, problemas en otros modelos y en las entregas del 787 por un proveedor, la crisis de seguridad de los 737 Max 9, problemas en las alas del 787 y otros en su primera nave tripulada al espacio (la Starliner) que tuvo que retrasar su salida y también su vuelta a la Tierra. Precisamente, al hilo de dichos accidentes, el Departamento de Justicia de EEUU tiene previsto acusar a Boeing de fraude y ofrecerle un acuerdo de culpabilidad para evitar ir a juicio, según informan The New York Times y The Guardian.
Boeing anuncia la compra de Spirit AeroSystems, su proveedor principal y que había formado parte de su entramado hasta que lo vendió en 2005. Dicho proveedor de aeroestructuras fabrica piezas importantes de los Boeing 737 y 787, incluido el fuselaje
En paralelo, el gigante aeronáutico estadounidense ha anunciado que comprará Spirit AeroSystems, su proveedor principal y que había formado parte de su entramado hasta que lo vendió en 2005. Dicho proveedor de aeroestructuras fabrica piezas importantes de los Boeing 737 y 787, incluido el fuselaje. Ahora Boeing ofrece 37,25 dólares por acción (unos 34,66 euros) por Spirit, lo que supone un total de unos 4.374 millones de euros de euros, y la cifra asciende a los 7.724 millones de euros incluyendo la deuda neta.
La operación conllevará un canje de acciones y el presidente y CEO de Spirit, Patrick M. Shanahan, ha señalado que beneficiará a los accionistas y las partes interesadas al integrar las capacidades de fabricación e ingeniería, la mejora de la seguridad y los sistemas de calidad. Por su parte, Dave Calhoun, presidente y CEO de Boeing (que dejará dichos cargos al final de este año), ha referido que “al reintegrar a Spirit dentro de Boeing podremos alinear la producción de todos nuestros programas comerciales, incluyendo nuestro sistema de gestión y aseguramiento de calidad y nuestra fuerza de trabajo a las mismas prioridades, incentivos y resultados, centrados en la calidad y la seguridad”. El movimiento no es baladí y menos cuando estos últimos aspectos se han puesto en entredicho en los últimos años con los accidentes y los numerosos problemas.
Tanto la compra de activos de Spirit por parte de Airbus como la adquisición del resto del proveedor por parte de Boeing se prevé que se cierren a mediados de 2025. Para ello son necesarios el visto bueno de los accionistas de Spirit y también de las autoridades regulatorias.
