A Lidl le va muy bien en España, donde aterrizó en 1994 con su apuesta low cost, y sin trasladar el alza total de costes a los clientes y elevando el número de ofertas y promociones. Así, ha logrado facturar 6.079 millones de euros en su último ejercicio fiscal (marzo de 2022 a febrero de 2023), lo que supone un 18% más que en el anterior (cuando la cifra fue de 5.144 millones y logró un beneficio neto récord de 190 millones).

La filial en nuestro país de la alemana Lidl Stiftung -que se integra a su vez en el Grupo Schwarz, el cuarto operador mundial de la distribución alimentaria- se consolidad en el tercer puesto tanto en ventas como en cuota de mercado con un 6,5%, tras Mercadona (26,2%) y Carrefour (10%), según datos de Kantar Worldpanel. Eso sí, la alemana ha sido la que se ha anotado el mayor ritmo de crecimiento de ventas frente a estos dos rivales con un alza del 18%, frente a la del 11% de la cadena que preside Juan Roig y al 9,5% de la filial de la cadena francesa que dirige Alexandre de Palmas.

Lidl España tiene ya unos 18.500 empleados, prevé sumar casi 1.000 puestos de trabajo directos este ejercicio, y ha firmado el primer convenio colectivo del sector que elevará los salarios un 18% en cuatro años e incluye una cláusula de revisión salarial para garantizar su poder adquisitivo

Este ritmo ha sido posible a su política de contención de precios permanente y a una acertada combinación: la subida de precios ante la inflación de costes -aunque sin trasladar todos a los clientes y absorbiendo parte de los sobrecostes a costa de sus márgenes (estaría bien que la ministra Ione Belarra leyera esto)- y la multiplicación de ofertas y promociones adicionales -invirtiendo 125 millones en este concepto-. Así, Lidl ha logrado no sólo ganar clientes, sino también que aumentara el gasto de estos en sus compras.

Lidl España tiene ya unos 18.500 empleados, prevé sumar casi 1.000 puestos de trabajo directos este ejercicio, y ha firmado el primer convenio colectivo del sector que elevará los salarios un 18% en cuatro años e incluye una cláusula de revisión salarial para garantizar su poder adquisitivo. Cuenta con 670 tiendas, tras abrir 40 nuevas en su último ejercicio, aunque en el presente ejercicio bajará el pistón y abrirá 20. Además, ha reforzado su estructura logística al poner en marcha su duodécima plataforma logística, situada en Escúzar (Granada), y al comprar dos parcelas en Constantí (Tarragona) y Villadangos del Páramo (León).

La compañía alimentaria especializada en low cost también apuesta por la producción nacional: realizó compras récord por valor de 6.700 millones (+17%) a 900 proveedores nacionales, de las que unos 3.500 millones se exportaron a una treintena de países (entre ellas, había fresas de Huelva y ante el boicot surgido en Alemania hace unos meses, mostró su compromiso con la huerta española). Eso sí, Lidl también ha tenido alguna polémica en nuestro país, como: la denuncia de agricultores de ASAJA y UPA por vender patata de cámara francesa como si fuera nueva española y desestabilizar precios, algo de lo que también acusaron a DIA; y más recientemente, una denuncia por transfobia a una empleada de un supermercado de Málaga.