El CEO de Bank of America (BoA), Brian Moynihan, Donald Trump y Ana Botín
Electrizante sesión en Davos. Desde la Casa Blanca, con pantalla de plasma, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, alabó a la presidenta del Santander, Ana Botín y abroncó al CEO del segundo banco de Estado Unidos, Bank of America (BoA), Brian Moynihan y al de Morgan Chase, Jamie Dimon.
Davos. El presidente de Estados Unidos aplaudió a Ana Botín y abroncó al ceo de BoA, Brian Moynihan... por verde y por progre. Y de postre al todopoderoso Jamie Dimon, ceo del primer banco del mundo, el Morgan Chase
En paralelo, la presidente del Santander y el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, escenificaron su alejamiento de Sánchez, alejamiento que viene de dos años atrás, cuando, sin venir a cuento y simplemente para dárselas de zurdo, pronunció aquel famoso desprecio hacia ambos: "Si lo que hacemos no agrada a Ana Botín y a Ignacio Galán, es que vamos en la buena dirección".
Y como la venganza es un plato que se come frío, ni la banquera cántabra ni el empresario salmantino respondieron entonces. Se callaron como muertos y mantuvieron la relación institucional con Moncloa. Ahora, en las horas bajas de don Pedro, le devuelven la pelota.
Así, en Davos 2025, Ignacio Galán pasó de escucharle en su gran discurso oficial -dedicado a las redes sociales que tanto le critican- sin tan siquiera excusar su ausencia, mientras Ana Botín, llegaba tarde a la reunión privada de los empresarios españoles con el presidente del Gobierno español, rodeado de un nutrido grupo de ministros con derecho a silla.
Trump no concretó su prometida des-regulación financiera pero dejó clara su política: fabriquen en Estados Unidos o paguen aranceles. Pero en algo tiene razón el amigo Donald: la ecología es una ruina
Un día después, cuatro empresarios preguntaban a Trump de, de Davos a Washington. Entre ellos, un español, Ana Patricia Botín. Pues bien, el presidente de Estados Unidos aplaudió a Ana Botín y abroncó al CEO de BoA, Brian Moynihan... por verde y por progre. Y de postre al todopoderoso Jamie Dimon, CEO del primer banco del mundo, el Morgan Chase.
Trump elogia a Ana Botín en Davos: “Conozco muy bien tu banco. Has hecho un fantástico trabajo”.
— Wall Street Wolverine (@wallstwolverine) January 23, 2025
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Trump aseguró que conocía bien el Santander y que Botín había realizado una labor "formidable" en la entidad. Al contrario que al CEO de BoA, a quien le dijo que había actuado mal por haber negado financiación a clientes conservadores. Con esa denominación, Trump entendía tanto a clientes con una cosmovisión cristiana de la vida como a clientes con negocios convencionales, es decir, no verdes, ni los negocios propios del cambio climático, todos ellos subvencionados con dinero público.
También hubo bronca por las mismas, para el CEO de Morgan Chase, Jamie Dimon, la estrella financiera mundial, cuyo afán de protagonismo le lleva a meterse en todos los charcos, al que acusó exactamente de lo mismo. Su banco, número uno del mundo al unir al primer banco de inversión de John Pierpont Morgan, con el Chase de los Rockefeller, ha ejercido de institución progresista bajo el mandato de Dimon.
Ana Botín, ha dado marcha atrás en su feminismo, tirando a radical y en su homosexualismo... pero sin reconocerlo. Los banqueros nunca se equivocan. Como Sánchez, sólo cambian de opinión
A todo esto, ¿tiene razón Trump en sus acusaciones, naturalmente negadas al instante, a BoA y a Morgan Chase? pues hombre, por de pronto recuerden que, apenas unos meses atrás, un grupo de fiscales generales de distintos Estados norteamericanos enviaron una carta al muy progre Moyniham pidiéndole que no negara servicios bancarios, tanto de activo como de pasivo, a clientes conservadores, es decir, de ideario cristiano.
La segunda parte de la censura financiera, la censura a todo lo que no sea verde, que el cambio climático es, ante todo, un negocio, es tan evidente que los dos bandos ni se han preocupado en negarla: se dedican, como casi todo el sector bancario a la financiación de proyecto ecológicos que sólo son rentables, recuerda el Trumpismo, con subvenciones públicas. Y esto lleva a la conclusión ulterior: la ecología es una ruina. No sé si beneficia al planeta pero, desde luego, destruye a la especie humana. En algo tiene razón el amigo Donald: la ecología es una ruina.
Alabanzas a Ana Botín, que ha hecho una labor "formidable" y bronca para sus compatriotas Moyniham y Dimon. Por cierto, sorprende cómo se revuelve el CEO del Chase contra Trump, asegurando que ellos no son sectarios -sí, lo son- con su actitud cuando dijo algo que molestó al gobierno chino y Dimon se apresuró a pedir humildísimas disculpas al mayor tirano del mundo, un tal Xi Jinping.
La presidenta del Santander marcó distancias en Davos con Sánchez, al igual que Ignacio Galán. Tras El asalto a Telefónica, no se atreven a enfrentarse directamente a él... pero ya sólo esperan su relevo en Moncloa
Ahora bien, Trump no concretó su prometida des-regulación financiera, por la que le preguntaba Ana Botín, pero dejó clara su política para empresarios y banqueros: fabriquen en Estados Unidos o paguen aranceles. Esto es algo que puede hacer mucho daño a España y a Europa, si no reaccionan a la imposición de aranceles norteamericanos con la imposición europea a aranceles a los productos estadounidenses.
Trump: “Mi mensaje a todas las empresas del mundo es muy simple: vengan a fabricar su producto en Estados Unidos y les daremos los impuestos más bajos de cualquier nación del planeta... pero si no fabrican su producto en Estados Unidos, entonces, muy simplemente, tendrán que… pic.twitter.com/RUddd2oTqf
— Wall Street Wolverine (@wallstwolverine) January 23, 2025
En cualquier caso, Ana Botín, ha dado marcha atrás en su feminismo, tirando a radical, cuando el Sanchismo podemita llegó al poder, y en su homosexualismo -recuerden las oficina del Santander iluminadas con la bandera arco iris- aunque sin reconocerlo abiertamente. Ya saben: los banqueros nunca se equivocan. Como Sánchez, tan sólo cambian de opinión... y ese cambio no hace falta exponerlo en un comunicado público.
Pero el elogio trumpista de Davos a doña Ana tiene una repercusión directa en España. Digámoslo así: la presidenta del Santander marcó distancias en Davos con Sánchez, al igual que Ignacio Galán. Tras el asalto a Telefónica, ni el uno ni el otro se atreven a enfrentarse a un personaje sin escrúpulos y con tintes siniestros, como don Pedro. No se enfrentan directamente a él... pero ya sólo esperan su relevo en Moncloa.
Al final, va a tener razón Begoña Gómez cuando le reprocha a su esposo que todos los ataques contra ella tienen su origen en que su esposo no hace otra cosa que ganarse enemigos. Hasta entre los empresarios casi progres, como Botín y Galán.
Ana Botín, más cerca de Trump, más lejos de Sánchez.., pero la historia no ha terminado y el doctor Sánchez es un personaje vengativo.