El príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed bin Salman, no teme a Occidente: ahora es el anfitrión de una reunión especial del Foro de Davos
Arabia Saudí busca más aliados -y por ende, proveedores- lejos de EEUU, tras haber firmado una asociación estratégica integral con China recientemente. Ahora, se ha conocido que la petrolera estatal Aramco ha llegado a un acuerdo con la energética francesa TotalEnergies para construir un complejo petroquímico en suelo saudí.
Parece que ha vuelto el distanciamiento entre Arabia Saudí y EEUU pero no ha sido por el tema del asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el consulado saudí de Estambul (Turquía) en 2018. A pesar de que la CIA considera que el príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman es responsable del asesinato del periodista saudí y residente estadounidense, hace casi un mes, EEUU determinó que Mohammed bin Salman es inmune a una demanda civil presentada por la prometida del fallecido, Hatice Cengiz.
“Con esta colaboración, nuestro objetivo es expandir la cadena de valor mediante la producción de productos químicos avanzados de manera más eficiente que nunca, acelerando el progreso industrial en el Reino”, destaca el director ejecutivo de Saudi Aramco, Amin H. Nasser
Tampoco ha influido el hecho de que desde la invasión rusa de Ucrania y el inicio de la guerra, los países del Golfo Pérsico hayan dejado intacta su relación con Rusia. El motivo del distanciamiento tiene mucho más que ver con el oro negro saudí. Al país árabe no le gustó nada que Joe Biden prometiera consecuencias después de que Occidente perdiera el control de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) el pasado octubre, cuando en la reunión de esta y sus aliados, es decir, del grupo OPEP+, se decidiera recortar la producción de crudo... y se notará en el precio de los carburntes. Y en la última reunión del grupo OPEP+, que se ha celebrado a principios de este mes, se ha apostado por reducir la producción en dos millones de barriles diarios hasta finales de 2023. Es decir, han decidido mantener alto el precio de los carburantes en todo el mundo.
En Arabia Saudí no gustó nada que Biden prometiera consecuencias y esto se ha reflejado muy bien en el hecho de que ha recibido con alfombra roja al presidente chino, Xi Jinping, hace unos días, y con mucho más boato y fiesta que cuando les visitó el presidente estadounidense a mediados del pasado julio. El rey saudí, Salman bin Abdulaziz al Saud, y Xi Jinping firmaron un “acuerdo de asociación estratégica integral”, que supondrá reuniones de los jefes de Estado cada dos y proyectos conjuntos en múltiples áreas (política, economía, tecnología, ciencia y cultura), y también seis memorandos de entendimiento para poner en marcha iniciativas en energía, inversión directa, asuntos civiles y económicos, enseñanza del idioma chino y vivienda.
Patrick Pouyanné, presidente y CEO de TotalEnergies, apunta que están “encantados de escribir una nueva página de nuestra historia conjunta al lanzar este proyecto de expansión, basado en el desarrollo exitoso de Satorp, nuestra plataforma de refinación y petroquímica más grande y eficiente en el mundo”
Arabia Saudí no sólo busca más proveedores de armas (España es uno de ellos) sino también proveedores industriales lejos de EEUU y ahora se ha acercado aún más a Francia. La petrolera estatal Aramco ha llegado a un acuerdo con la energética francesa TotalEnergies para construir un complejo petroquímico en suelo saudí, con una inversión de unos 10.343 millones de euros -la primera aportará el 62,5% y la segunda el 37,5% restante-, y ambas parece que podrán hacerlo sin problemas tras los buenos resultados que han tenido en los nueve primeros meses: a TotalEnergies le ha ido bien en beneficio, Ebitda e ingresos, pese al deterioro en Rusia; y Aramco disparó su beneficio neto y operativo, pero no remontó en bolsa. El nuevo complejo se denominará Amiral, se empezará a construir en el primer trimestre de 2023, estará operativo en 2027 y se integrará con la refinería que Satorp (la alianza estratégica que ya existía entre Aramco y TotalEnergies) ya tiene en Jubail. Así, Satorp podrá convertir los gases de escape y la nafta de la refinería producidos internamente, así como el etano y la gasolina natural que les suministra Aramco, en productos químicos de mayor valor.
“Nuestra relación de largo plazo con TotalEnergies se ha fortalecido aún más con este importante proyecto, que representa una oportunidad para nosotros de mostrar el potencial de las tecnologías de vanguardia para líquidos y productos químicos que respaldan la economía circular. Con esta colaboración, nuestro objetivo es expandir la cadena de valor mediante la producción de productos químicos avanzados de manera más eficiente que nunca, acelerando el progreso industrial en el Reino”, ha destacado el director ejecutivo de Saudi Aramco, Amin H. Nasser. Por su parte, el presidente y CEO de TotalEnergies, Patrick Pouyanné, ha añadido que están “encantados de escribir una nueva página de nuestra historia conjunta al lanzar este proyecto de expansión, basado en el desarrollo exitoso de Satorp, nuestra plataforma de refinación y petroquímica más grande y eficiente en el mundo”.